Corría el mes de noviembre de 1996 cuando Gabriel Subías fue nombrado director general de Iberojet. El talante y la capacidad del joven ejecutivo, que se había forjado en la casa de los Fluxá, fue lo que hizo que se ganara el respeto de la clase turística española.
Para algunos su designación no fue una sorpresa, dada su valía y el reconocimiento que tenía en el seno de la familia Fluxá. En general, el ascenso de Gabriel Subías en el Grupo Viajes Iberia fue bien recibido por todo el Sector, ya que el empresario estaba llamado a desempeñar un importante cometido en la compañía.
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