Juan José Hidalgo le echó un capote a su yerno, Javier Blanco, director general de Be Live, durante el transcurso de la conferencia que pronunció recientemente en el foro Nueva Economía. Para el presidente de Globalia el éxito de la hotelera del grupo, que ha crecido en ocupación y rentabilidad, radica en la labor llevada a cabo por el marido de su hija Cristina.
Pero medio año atrás, o tal vez menos, Hidalgo no pensaba de igual manera, aunque tampoco le echaba culpa alguna acerca de la marcha de una cadena que estaba en venta. Las relaciones del presidente de Globalia y sus familia no era entonces nada buena, hasta el punto de que todos ellos se fueron a vivir a Miami, incluido el yerno y director general de Be Live.
La hotelera de Globalia ha tenido, en efecto, un buen año, tanto en el Caribe como en Canarias y Baleares. La buena marcha del turismo a nivel general ha repercutido positivamente en el negocio hotelero. No hay grupo, cadena o establecimiento individual que en el segmento vacacional no haya registrado beneficios en su cuenta de explotación en 2013.
Las perspectivas de ocupación en España, República Dominicana y Cuba para este año son también excelentes, de ahí la euforia de Hidalgo con la división hotelera. El propietario de Globalia habló en el Ritz de un gran crecimiento y lanzó las campanas al vuelo después de escudarse en la operación de Oasis (habló de Cancún) para justificar los malos años anteriores.
Pero a primeros de 2013 no estaba tan contento con Be Live, sino todo lo contrario. De hecho, a mediados del año pasado varios ejecutivos del grupo se entrevistaron con diversos potenciales compradores de la cadena o de algunos de sus establecimientos de República Dominicana.
En concreto hubo negociaciones con el hotel Hamaca, en Boca Chica. Pero las condiciones impuestas por Hidalgo y trasladadas por sus ejecutivos eran muy elevadas: pedían 100 millones de dólares y los interesados no llegaban a ofrecer siquiera 30 millones. La operación se frustró.
En esas conversaciones no intervino Javier Blanco, aunque estaba al tanto de ellas. Esto llamó la atención de los interesados. Era el momento en el que Blanco se fue a vivir a Miami con su mujer y su suegra. Hoy las cosas han cambiado en las relaciones familiares, a mejor.
Las hijas y su ex esposa quieren vender sus respectivas participaciones en el grupo, y que representan el 19 por ciento del total de las acciones de Globalia. La armonía familiar existente en estos momentos ha venido dada en parte por la venta de un grupo que vive un buen momento pero que depende en gran parte de los beneficios de la compañía aérea.
Muchas gracias queridísimo suegro. por cierto ¿ha leído el email que le envie? no me dira que la idea de montar plazas de toros en los resorts para ofrecer capeas a los turistas.
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Ay Manolete, si no sabes torear pa que te metes