Los dos bancos concesionarios de la explotación del hotel Sidi Saler, el Banco Valencia y el BBVA mantienen la instalación cerrada a la espera de que alguna empresa se interese por la gestión del hotel, algo que no ha sucedido aún, seis meses después de cerrar sus puertas tras 35 años de actividad ininterrumpida.
Según recoge el diario ADN en su edición de Valencia, la situación del Sidi Saler es enrevesada. El terreno y el inmueble son del Estado tras el último deslinde del litoral del Saler impulsado por el actual gobierno socialista a través de la Dirección General de Costas, que dejó el hotel de 5 estrellas dentro del dominio público marítimo-terrestre y convirtió el título de propiedad en una concesión de 60 años.
Meses antes de que Costas aprobara el nuevo deslinde, el empresario Manfred Stier, expropietario del hotel, cedió la propiedad del recinto al BBVA y al Banco Valencia a cambio de un arrendamiento. Cuatro años después, el pasado mes de enero, Stier despidió a los 80 empleados del hotel tras rechazar estos la propuesta de la empresa, que consistía en convertir a los empleados con contrato indefinido en fijos discontinuos para abrir el hotel de cuatro a seis meses al año. Es decir, convertirlo en un hotel de temporada.
El futuro del Sidi Saler pinta oscuro. Ante la actual coyuntura económica, parece improbable que alguna empresa coja las riendas del hotel. Principalmente porque sólo puede cambiar de manos la concesión, y no el inmueble.
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