El mítico hotel Incosol Hotel Medical SPA de Marbella ha cerrado sus puertas este domingo, justo en el inicio de la Semana Santa de 2012, el primer termómetro turístico del año y tras 39 años de actividad.
El hotel ha visto pasar por sus instalaciones a muchos clientes, algunos de ellos de fama mundial, cierra sus puertas, de momento de forma temporal, tras la propuesta de la administración concursal, "porque no tienen dinero para dar servicio a los clientes", informa EP.
No obstante, la ocupación en la actualidad no era la mejor, en gran medida por no contar con un plan comercial "ambicioso", según ha indicado a Europa Press la secretaria provincial de Comercio, Hostelería y Turismo de CCOO, Lola Villalba, quien ha abogado por mantener a los trabajadores y abierto el establecimiento, que se encuentra en concurso de acreedores.
Villalba ha entendido la situación en que se encuentran muchos de los empleados, que llevan más de tres meses sin cobrar "y están en una situación agónica y desesperados". Sin embargo, ha opinado que si se cierra el establecimiento hotelero y, posteriormente, se presenta un Expediente de Regulación de Empleo de extinción de la actividad, como se presume, la situación "no tendría marcha atrás" puesto que ya no habría vinculación entre las partes.
En los mismos términos se ha pronunciado el responsable de Turismo de UGT Málaga, José Antonio Sedano, quien ha manifestado que a pesar del cierre del hotel los trabajadores seguirán yendo al establecimiento "para tenerlo en buen estado y que nadie lo venda". La situación que se genera, ha precisado, es de "incertidumbre" por esa posibilidad de un ERE de extinción.
Son muchos meses los que este hotel de cinco estrellas y pionero en España del turismo de salud y belleza lleva en el aire, y muchas las especulaciones sobre su futuro. El propietario del Grupo Jale, José Antonio López Esteras, ha criticado la gestión de los administradores concursales y ha opinado que el cierre es "arbitrario, innecesario y perjudicial".
El hotel cuenta con alrededor de 130 trabajadores que el año pasado cobraron del Fondo de Garantía Social (Fogasa) cinco meses de sueldos atrasados. Ellos también son acreedores del concurso, sin embargo, "si hay mucha deuda de crédito preferente no serían ellos los primeros que cobrarían", ha señalado Villalba, quien cree que detrás de esta decisión hay una empresa interesada y que el banco, que es el mayor acreedor, "quiere vender la empresa sin bichitos, que es como se conoce en el argot concursal a los trabajadores".
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