La banca impide a Paradores cambiar de dueño mientras tenga deuda

Una de las condiciones que han impuesto las seis entidades financieras con las que la dirección de Paradores está negociando la concesión de un crédito sindicado para reestructurar su deuda de 81 millones de euros establece que la cadena no podrá modificar la titularidad de su propiedad.

Además, el crédito contempla un período de carencia de capital de dos años, de modo que la amortización  comenzaría en la próxima legislatura. La cadena presidida por Ángeles Alarcó tenía encima los vencimientos de la deuda y, con el acuerdo con la banca prestamista, podrá alargar los plazos hasta 2019. A finales de 2012, Paradores contaba una deuda de más de 87 millones de euros contraída con entidades como BBVA, Ibercaja, Caixabank, Banco Herrero y el Banco Europeo de Inversiones.

 “Paradores lo dirigen ahora los bancos, porque las condiciones del crédito sindicado lo coartan todo”, han comentado a preferente.com fuentes conocedoras de la situación. En cuanto a la limitación del cambio de dueño, ésta solo impediría una hipotética privatización de Paradores de Turismo en caso de que el inversor no se hiciera cargo de la abultada deuda de la hotelera estatal.

No obstante, la venta de la cadena no está actualmente sobre la mesa del Gobierno, según han dicho en los últimos meses el ministro José Manuel Soria y la Secretaria de Estado Isabel Borrego. Por ahora, se plantean solo una privatización parcial de su gestión, a través de externalizaciones como la firmada para el call center o las que puedan hacerse con los campos de golf, restaurantes, spas o servicios informáticos.

Por otra parte, esta redacción ha podido saber que el destino de la última ampliación de capital de Paradores, conocida en febrero, ha sido, fundamentalmente, el pago del compromiso de inversión con Acciona por las obras de reforma del Parador Hotel Atlántico de Cádiz, abierto en septiembre de 2012. En este caso, la inyección económica ha sido de 36 millones de euros, que se añaden a los 46 millones de la ampliación realizada el verano pasado.

Entre tanto, Paradores ha registrado un mes de abril negro en cuanto a ocupación e ingresos. La celebración de la Semana Santa en marzo ha dejado el número de plazas y habitaciones vendidas a más de un 20% por debajo de los niveles del cuarto mes de 2012. Y la plantilla desconfía de una pronta mejora, dada la atonía del mercado nacional del que tiene una fuerte dependencia la cadena hotelera pública.

En otro orden de cosas, los sindicatos que denunciaron el ERE en Paradores ante la Audiencia Nacional  y que han recurrido ante el Tribunal Supremo la sentencia que lo valida han señalado, repetidamente, que gran parte de la deuda de la compañía deriva de reformas en los establecimientos, cuando a su juicio es Turespaña quien debería hacerse cargo de las grandes obras.

Así figura en el pliego de cesión de los edificios por parte del organismo que ahora dirige Manuel Butler. Fuentes consultadas por esta redacción han señalado que Paradores, por motivos financieros, va a alargar el período de vigencia del acuerdo con Turespaña. Actualmente está fijado en 50 años y podría pasar a 75.

En el plano laboral, Paradores y los sindicatos CCOO y UGT han comenzado las conversaciones para retomar la negociación del convenio colectivo, caducado en 2010. El pacto inicial entre patronal y agentes sociales para la prórroga de los acuerdos vencidos hace pensar a los sindicalistas que el convenio se prorrogará más allá del 8 de julio, fecha señalada en la reforma laboral como tope para la extinción de los que no estén renovados. La parte sindical quiere que el convenio de Paradores se mantenga en los términos del anterior, con una subida salarial “moderada”, que sitúan por debajo del 1% para los próximos dos años.