Cumplido su primer año en Bolsa, que se ha saldado con una revalorización superior al 70% (Aena se revaloriza un 78% en su primer año en Bolsa), Aena pone el foco ahora en crecer en Latinoamérica y Europa, una tarea para la que no ayuda que el Estado sea el accionista mayoritario.
“Es muy difícil llevar a cabo el desarrollo internacional con el Estado controlando el 51. Si el Estado hubiera vendido el 60% y Aena tuviera hoy el respaldo de un núcleo duro, el contexto político actual pesaría menos”, reconoce José Manuel Vargas, presidente del gestor aeroportuario, a Expansión.
Pese a esas trabas Vargas insiste en que la “vocación” de Aena es “ser un líder aeroportuario global y cuyo negocio en España, vinculado al turismo, es escalable a nivel internacional”. De momento, la única operación que se ha llevado a cabo fuera de nuestro país ha sido la copra del aeropuerto de Luton (Londres).
Lo que tiene claro el presidente de Aena es que las operaciones que se lleven a cabo tienen que tener “un sentido estratégico” y ser rentables para el accionista. El objetivo del gestor aeroportuario no es otro que diversificar sus fuentes de ingresos para esquivar cualquier síntoma de atonía de la demanda internacional.
El señor Vargas lo que quiere es una empresa con mayoría privada donde como CEO pueda recibir un salario similar al de sus colegas europeos en Fraport (más de 1M€ al año), en vez del sueldo como dirigente de una empresa pública. Aena ya ha dilapidado bastante dinero del erario público (aumentos de capacidad) sin que los inversores privados asumieran ningún riesgo, ya que han entrado en el capital cuando estaba todo hecho. A otro lobo con ese cuento, señor Vargas.
Privatizaciones NO