Los aeropuertos de gran parte de Europa han vivido un fin de semana negro por culpa de los retrasos, que han afectado al 66 por ciento de los vuelos, gran parte por las fuertes tormentas y en algunos casos por la falta de controladores.
El principal problema se vivió en Hamburgo (en la imagen), donde el aeropuerto tuvo que cerrarse durante todo el día por un fallo energético. Todos los pasajeros fueron evacuados, el aeropuerto quedó cerrado para todas las llegadas y la policía bloqueó las caminos de acceso a las instalaciones aeronáuticas.
En Alemania, un vuelo de Lufthansa que cubría la ruta entre Frankfurt y Bakú tuvo que regresar a tierra 14 minutos después de haber despegado debido al fuego que sufrió uno de los motores de la aeronave.
En Palma se registraron importantes retrasos ya que gran parte de los aviones tuvieron que ser desviados para sortear la tormenta, mientras en Ibiza los problemas se vivieron en tierra, donde los pasajeros se vieron obligados a esperar hasta dos horas para pasar los controles de seguridad. Ibiza también sufrió el mal tiempo y gracias a las demoras de los vuelos los pasajeros que sufrieron las colas del control no perdieron sus vuelos. También en Madrid se registraron muchas demoras debido al mal tiempo ya que muchos vuelos tuvieron que ser desviados para evitar la tormenta.
Los controladores aéreos siguen quejándose de la falta de personal para asumir todo el tráfico aéreo y piden a Enaire que contrate más personal. Los controladores han cifrado a través de su cuenta oficial de twitter que el 25 por ciento de los vuelos retrasados se debe al colapso que hay en los centros de control, un problema que se está agravando en Barcelona.
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