Tanto es el recelo que los trabajadores tienen contra Ryanair, que ni la decisión de la compañía de aceptar a los sindicatos ha calmado las cosas. Por un lado, los pilotos, especialmente en Irlanda y en Alemania, se niegan a ceder en sus protestas y, por otro, ahora también el personal de cabina quiere ser reconocido como interlocutor, acabando así 20 años de unilateralidad en la compañía.
Los pilotos de Irlanda, de las bases de Dublín, Shannon y Cork, representados por el grupo “Impact”, se han negado a retirar las convocatorias de huelga para este miércoles, sin antes haber tenido una primera reunión con Ryanair. Por otro lado, la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte envió una carta a la compañía diciéndole que el personal de cabina, a los que representa, también quieren participar en la negociación.
Esta organización dijo hablar en nombre de 30 sindicatos nacionales de otros tantos países en los que opera Ryanair en Europa. Ryanair tiene unos 8.000 tripulantes de cabina, con unas condiciones de trabajo confusas porque muchos trabajan para intermediarios como Crewlink o Workforce International.
Sorprendentemente, la compañía, a través de su jefe de recursos humanos, Eddie Wilson, dijo que también estaba dispuesta a reconocer a los tripulantes de cabina quienes, sin embargo, no tienen convocada huelga alguna.
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