La quiebra de Niki: 800 mil billetes perdidos, 40 mil viajeros 'tirados'

Cuando las cosas van como están planeadas, los alemanes son excelentes organizadores. Pero cuando se rompe el orden y aquello se descontrola, son tan caóticos como los demás. Esto es lo que está pasando con Niki: todo iba perfectamente mientras la Comisión Europea no dijo que la operación de Lufthansa era inviable. Cuando esto ocurrió, Niki cayó en horas y dejó tirados a unos 40 mil viajeros, y 800 mil billetes vendidos, cuyos vuelos de salida aún no han tenido lugar, se habrán perdido. De ellos, se estima que 350 mil billetes, comprados directamente a la compañía, no tendrán reembolso. Los billetes comprados vía touroperador tendrán solución. Por lo tanto, desde este jueves la industria de la aviación alemana empieza rápidamente a buscar soluciones, cuando ya los viajeros están en los aeropuertos.

Así que ahora todo el mundo está moviéndose en dos direcciones: rescatar a los 25 mil viajeros tirados en España e intentar ver si aún se puede reconstruir la compañía. Para lo primero, están trabajando los touroperadores y algunas aerolíneas ofrecen precios preferentes para los 15 mil viajeros que están 'tirados' con un billete inútil. Para lo segundo, quienes hicieron ofertas y se vieron relegados por Lufthansa, han vuelto a aparecer. Thomas Cook (Condor) está en el primer plano.

La calamidad de Niki, afecta hoy a 12 aeropuertos, sobre todo en España (Baleares y Canarias). ¿Por qué estaba volando Niki, si no tenía un euro? Porque Lufthansa le había aportado dinero para mantenerla volando hasta que se pudiera concretar su compra. Sin el dinero de Lufthansa, Niki no tiene para sobrevivir. Y deja mil trabajadores en la calle.

Lufthansa, con toda probabilidad, ampliará su oferta de vuelos con la marca Eurowings en las rutas que hasta ayer cubría Niki. Pero eso no bastará, sobre todo porque durante unos meses habrá un caos organizativo, impropio de Alemania. Por supuesto, ya se imaginan ustedes dónde estarán volando los siete aviones que Ryanair pensaba basar en dos aeropuertos ucranianos: pues a Alemania, claro, aprovechando lo que pueda de este vacío. Como Easyjet, que ha contratado los aviones de Thomas Cook en régimen de wetlease para no perder ni uno de estos pasajeros que no tienen quien les transporte.

Ayer se supo que al menos Thomas Cook se sentó con los administradores de Niki, a ver si puede negociar algo. De fracasar en esta operación, Thomas Cook sólo se habrá llevado de esta profunda crisis del mercado aeronáutico alemán, el contrato de unos meses para ceder aviones a Easyjet. Pero nada más. Sin embargo, ayer cabía la esperanza de que parte de esa plantilla pudiera acabar en Thomas Cook.

Mientras, los mayoristas están llevándose a los pasajeros que tenían que viajar con Niki. Pero los viajeros que compraron sus billetes directamente deberán comprarse otros billetes con otras compañías, y probablemente perderán el dinero pagado. Alemania, en este sentido, se equipara con cualquier república bananera. Porque cuando las cosas se salen del orden, la respuesta es igual de caótica.