Los socios institucionales del PSOE recelan del sector turístico

Los partidos con los que gobiernan los socialistas en las principales instituciones, básicamente Podemos y sus marcas asociadas pero también los ecosoberanistas, no son muy partidarios de la industria turística, tal como se está poniendo de manifiesto en la configuración de los equipos de los distintos gobiernos municipales y regionales.

Nada que ver con los socialistas que, desde Andalucía a Canarias pasando por Baleares, muestran una especial predisposición hacia el sector turístico, al punto de que se han hecho con casi todas las concejalías y consejerías de turismo de los organismos oficiales en las que gobiernan y que controlan a través de pactos con los partidos populistas.

Pero Podemos en Madrid y Barcelona, por un lado, y Compromís en Valencia y Més en Baleares, por otro, han demostrado ser muy poco partidarios de la primera industria del país, al relegar el sector turístico en sus ayuntamientos y diputaciones a un departamento menor, en algunos casos a un nivel tan inferior que roza el desprecio.

Para el partido de Manuela Carmena, el turismo es algo secundario, tal como ha quedado demostrado en la composición de las concejalías del ayuntamiento madrileño, relegándolo a dos departamentos con los que no tiene vinculación alguna. Con Ada Colau sucede otro tanto, incluso para la alcaldesa el Sector no deja de ser “una carga”.

Si Colau no quiere que Barcelona sea una “Venecia repleta de turistas”, el regidor de Urbanismo de Palma considera que los hoteles con encanto del barrio antiguo han tocado techo (“hay que regularlos”) y que los nuevos proyectos de establecimientos boutique tendrán que implantarse en el extrarradio, según manifiesta en Ultima Hora.

Todos estos partidos coaligados al PSOE coinciden además en que hay que implantar una ecotasa, impuesto que unos dicen se destinaría a promoción y otros a actividades sociales, lo que está creando inquietud en un sector turístico que aún no se ha pronunciado hasta dejar pasar unos días pero que no oculta su preocupación por lo que están viendo.

El PSOE en Andalucía no tiene este problema porque no gobierna en coalición, y además históricamente ha apoyado al Sector, incluso uno de sus últimos consejeros provenía de Izquierda Unida. Igual sucede en Adeje, en Tenerife, cuyo alcalde está entregado a la causa turística desde hace varias legislaturas, tanto más que la Junta.

En Baleares, los socialistas han luchado por no implantar la ecotasa pero al final han cedido a las presiones de sus socios de Podemos y Més con el fin de gobernar en la Comunidad. Se querían reservar la consejería de Turismo pero los ecosoberanistas la quieren para ellos. En el Ayuntamiento palmesano están atados de pies de mano, antes incluso de que en dos años gobierne la coalición Més.

Y en Calviá, el principal municipio turístico de las Islas, los socialistas se han quedado para sí la concejalía de turismo, poniendo al frente de ella a un político sensato que trabajo desde la base en la hostelería y que ejerce la docencia en la Escuela. Pero los de Calviá, Adeje y la Comunidad balear, son hechos aislados. Porque a sus socios el turismo les da grima.