Barceló y Cuba están a las puertas del divorcio

 

Por Leonel Vargas, corresponsal en el Caribe

La Habana. 21/05/10.- La sociedad mixta formada por los cubanos y la cadena Barceló atraviesa por un momento delicado. Tanto que se da por hecho una ruptura próxima entre ambas partes. Algunas fuentes indican que se estaría negociando en estos momentos la resolución de los contratos.

 

El detonante del desencuentro entre Barceló y Cuba tiene su origen en el hotel que la hotelera mallorquina iba a poner en marcha en Santa Lucía, en la provincia de Camagüey. Barceló aduce que abandona este proyecto porque los cubanos han incumplido el convenio signado.

 

Al parecer, en el contrato firmado entre Barceló y la empresa cubana figura un apartado en el que el Gobierno cubano se comprometía a poner en funcionamiento el aeropuerto de Santa Lucía para los aviones transoceánicos cuando el hotel estuviera concluido.

 

Y como quiera que dicho aeropuerto no está operativo para los vuelos de largo recorrido, la hotelera mallorquina se acogió a esta cláusula para abandonar el hotel camagüeyano. Desde entonces, las relaciones fueron a menos y en la FITC se acabó de tensar.

 

Los representantes cubanos intentaron convencer a Simón Barceló, co presidente para Latinoamérica, de que el aeropuerto de Camagüey es una alternativa factible, ya que por él entran todos los aviones que transportan a los turistas que se alojan en los hoteles de Santa Lucía.

 

Pero Barceló no dio su brazo a torcer y a partir de ahí se entró en una situación de deterioro que puede acabar con la ruptura total. ¿Qué pasará con los cuatro hoteles que Barceló tiene en distintos lugares del país antillano, desde Los Cayos a La Habana pasando por Varadero?

 

Todo hace indicar que Barceló no acaba bien en Cuba. Ahora mismo se halla a las puertas del divorcio y de aquí a la separación hay un paso. De hecho, parece ser que el Solymar, de Varadero, están a punto de perderlo, según indican fuentes de primer orden a preferente.com.

 

En la feria de turismo de Cuba no se hablaba de otra cosa que de este divorcio, aunque se hacía muy en secreto. Mientras tanto, a los Escarrer los recibieron con honores de jefes de Estado y con los Hidalgo estuvieron negociando el Internacional de Varadero, pero sin fructificar.