Prepárense porque se avecina un largo camino de huelgas y protestas en Francia, lo cual normalmente afecta al negocio de la aviación, especialmente en los servicios con España.
Esta semana, los años de tensiones han terminado por estallar en una huelga durísima desencadenada por los 'cheminots', que son los trabajadores de la compañía de trenes. Pero, al mismo tiempo, también Air France y, cómo no!, los controladores aéreos están quejándose.
Emanuel Macron ganó las elecciones con la promesa de cambiar el estado del país. Lo mismo que viene sucediendo con varios presidentes anteriores, sin resultado alguno. Pero ahora Macron parece estar dispuesto a cumplir sus promesas.
¿En qué consiste el cambio que promete Macron? En acabar con los privilegios desfasados y absurdos: en Francia, por ejemplo los maquinistas de los trenes se jubilan a los 50 años y los demás trabajadores de la compañía ferroviaria a los 55; en Francia, los familiares de estos trabajadores viajan gratis, y en Francia, la compañía de trenes, como sucedió durante décadas con Air France, no tiene competencia.
Macron ha dicho que las cosas van a cambiar, con lo que la ola de huelgas se ha desencadenado. Están convocados paros en todo el país hasta el verano, tanto en los trenes como en Air France, donde la amenaza no es menos preocupante. Y, por supuesto, los congroladores.
La crisis, de momento limitada a Francia, puede tener consecuencias en el exterior, si no más por el hecho de que Air France es el tercer grupo de la aviación europeo, trascendental por ejemplo en la competencia en los servicios a Sudamérica.
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