El sector turístico y aéreo tienen una enorme preocupación por el incremento tan importante que se ha producido en las tarifas de parking de aviones en los principales aeropuertos españoles, un incremento muy por encima del IPC, y con valores más altos que el de los aeropuertos europeos comparables y con los de la cuenca del Mediterráneo.
En momentos de crisis y de recesión del consumo, es difícil justificar estos incrementos, que generan más costes y que restan competitividad a los destinos turísticos españoles. Además, las compañías no tendrán otra opción que trasladar estas subidas al precio de los billetes por lo que al final afectará a todo el mundo.
En lenguaje aéreo, se considera tiempo de estacionamiento al tiempo que el avión permanece entre calzos, parado en un aeródromo. El año pasado, Aena diferenciaba dos categorías de aeropuertos. La categoría uno, formada por Madrid/Barajas, Barcelona, Palma de Mallorca, Gran Canaria, Málaga y Tenerife Sur. Y la dos, formada por el resto.
A los aviones los clasificaba por peso al despegue: hasta 10 toneladas, de 10 a 100 y más de 100, y aplicaba una tarifa por día o por fracciones de tiempo de tres horas.
Este año, Aena ha cambiado estas condiciones y cobra por períodos de 15 minutos y además ya no divide entre dos clases de aeropuertos sino entre 6. La primera categoría solo la ocupa Barajas, el más caro para aparcar; después está El Prat; luego Alicante, Gran Canaria, Tenerife Sur, Málaga-Costa del Sol y Palma de Mallorca; y, por último, Bilbao, Fuerteventura, Girona, Ibiza, Lanzarote, Menorca, Santiago, Sevilla, Tenerife Norte y Valencia.
Coincide la creación de la sociedad mercantil Aena Aeropuertos el pasado verano con todas estas subidas, hay que sacar dinero de donde sea, piensan en Aena, y es lógico con la deuda que tienen detrás. Pero con la crisis actual que afecta sobremanera al sector aéreo, cargar con más tasas impositivas a las compañías es un error, porque bastante mal lo están pasando todas.
Bienvenidos a la realidad: Aena baja las tasas de ruta y aproximación (éstas últimas financiaban las torres, por lo que no eran tasas equiparables a los precios europeos, que no las incluyen) y las bajan hasta un 15% según el Ministro Campeón. Esta rebaja supone 58 céntimos de euro de media por billete y trayecto. Pero, ahí está el truco, suben las tasas de aeropuerto para incluír las torres y financiar la rotura de la red de Aena y su regalo a los amigos del ladrillo. Su impacto está por ver pero se evalúa a partir de los 18€ de media por billete y trayecto.
El efecto se sufrirá pronto en el turismo y las compañías aéreas, pero ya es grave en la aviación general y deportiva, que ha visto aumentar sus tasas aeroportuarias más de un 500% para las aeronaves ligeras.
Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, dicen, aunque éste sea el "Campeón" de los mentirosos.