Otro experimento alejado de la realidad

El Ayuntamiento de Palma ha contratado a dos agencias de relaciones públicas, una en Alemania, y otra en Gran Bretaña, para representarle en asuntos turísticos y explicar el punto de vista de la ciudad en los respectivos mercados emisores. Para mí, una forma, como otras muchas, de tirar el dinero, por mucho que detrás de esta decisión parezca que puede haber buena intención. Me explico.

No existe nadie que viaje por vacaciones a Palma de Mallorca, ni a Santa Cruz, ni a Las Palmas. La gente va a la isla de Mallorca o a Tenerife o a Gran Canaria. El turista ve el conjunto como una unidad, como un destino, como una experiencia vacacional. ¿Va el municipio de Palma a explicar que no hay delincuencia? ¿O es que alguien ha visto que los delincuentes lleven GPS para no invadir un municipio vecino? ¿Va Palma a decir que no tiene ruidos en sus zonas? ¿Pero es que alguien pasea por la Playa de Palma y estudia atentamente cuál es el límite con el municipio vecino?

Pongamos que estas agencias de relaciones públicas fueran necesarias, que se requiriera de su trabajo para atender una situación crítica como pudiera ser ahora mismo el problema con el ébola. ¿Es que existe un único turista en Europa al que le importe saber cómo está actuando Palma en este asunto o, por el contrario, quiere saber qué situación tiene Mallorca en su conjunto? Incluso, en este caso concreto, puede que llegue a interesarle más una visión nacional.

En algún informe de prensa creí ver que se anunciaba que Palma iba a explicar que Magaluf no estaba como se decía. ¿Pero Palma tiene que pagar para hacer el trabajo de Calvià? ¿Por qué no explicamos con el dinero de los palmesanos que en Turquía no hay riesgos por la guerra en Siria?

Todo esto carece de sentido. Lo lógico es que se trabajara en el conjunto de Mallorca, donde cada municipio financie los costes en proporción a su cuota turística. Obviamente, en esta situación Palma tendría que asumir un papel relevante, pero una acción conjunta no sólo sería más sensata y eficaz, sino que podría presumir de tener lógica.

Teniendo en cuenta que Palma sí ha desarrollado un excelente mecanismo para conocer la opinión de los agentes turísticos, resulta más incomprensible que se funcione de esta forma y que no se orienten los esfuerzos a la cooperación. Es, también, un tema de eficacia económica, algo que debería preocuparnos en un momento como el actual.