Por Clara Aguirre
Madrid. 09/04/2011.- El desarrollo turístico que se asocia a las aerolíneas de bajo coste ha acentuado el déficit de aeropuertos que tanto el Gobierno central como los autonómicos se empeñan contra viento y marea en mantener operativos, sufragando pérdidas y subvencionando a las aerolíneas.
Incapaces de atraer de forma estable a las compañías “low cost” con rutas europeas, y a veces ni siquiera nacionales, novísimas instalaciones públicas o privadas como las de Huesca, Lleida, Ciudad Real, Castellón o León afrontan un presente ruinoso.
En otros casos se trata de aeropuertos de mayor arraigo en sus economías locales, como los de Vitoria o Salamanca, que ven el tráfico comercial reducido a la mínima expresión.
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