La Generalitat de Cataluña ha recogido la petición del Ayuntamiento de Lloret de Mar , en Girona, para que se impongan multas a los touroperadores que promocionen el ‘turismo de borrachera’ en este destino. El gobierno catalán puede actuar en este sentido amparándose en el artículo 88 de la Ley de Turismo de Cataluña del año 2002. La norma sentencia que “es una infracción grave llevar a cabo actividades que produzcan daños graves a los recursos turísticos o conlleven un menoscabo sustancial de sus valores inherentes y mengüen su capacidad de atracción de usuarios turísticos”.
Marian Muro, directora general de Turismo, ha señalado a La Razón que es necesario “reconducir la situación turística” para promover la llegada de turistas familiares, deportistas y senior, que son los mercados tradicionales del municipio.
Este verano, Lloret de Mar se ha hecho desafortunadamente famosa por algunos disturbios protagonizados por turistas pasados de copas, que le han colgado la etiqueta de ‘destino de alcohol y fiesta’. Los vecinos de la localidad han pedido el refuerzo policial durante los meses estivales. Por su parte, Muro ha instado tanto a la administración local como a los empresarios a que se impliquen en la transformación de la imagen de la zona.
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