El nuevo Gobierno presidido por Mariano Rajoy que desde 2012 tomará las riendas de España afrontará en materia política turística estatal una serie de retos coyunturales, como privatizaciones o de fiscalidad, y otros estructurales, como la renovación de los destinos maduros.
La medida turística estrella del PP en los meses previos a las elecciones generales del 20-N que han culminado con una aplastante victoria ha sido la rebaja del tipo del IVA turístico de reducido a superreducido, aunque queda por concretar si la bajada será exactamente del 8 al 4 por ciento.
La privatización de Aena es quizás el asunto más urgente sobre el tapete, tras el freno a la venta de sus dos joyas de la corona, Barajas y El Prat, pocos días antes de que diera inicio la campaña electoral. Existen dudas sobre qué hará el PP finalmente con el gestor aeroportuario, pero lo que parece claro es que la decisión será más meditada de lo que fue en los últimos meses del PSOE en el poder.
El encuadre de Turismo en el gobierno también es una de las incógnitas sobre las que está pendiente el Sector. La mayoría de fuentes consultadas por Preferente solo coinciden en asegurar en que Turismo recuperará el rango de secretaría de Estado, tras la degradación a secretaría general en el verano de 2009.
Además de su nuevo (o nueva) titular, el Partido Popular deberá decidir en qué ministerio sitúa Turismo. Dentro del partido ven factible que, como ocurrió en la época de Aznar, se integre en la estructura de Economía, en lugar de la actual de Industria.
El triunfante PP ha sacado a la palestra en plena campaña la posible privatización de la red de Paradores, tras sufrir el último ejercicio unas pérdidas récord. El plan está avanzado hasta tal punto que sería una de las primeras privatizaciones del nuevo gobierno.
Ente las mayores concreciones del programa turístico del PP está la llegada del AVE a los aeropuertos, una idea ya proyectada por el ministro de Fomento saliente, José Blanco. Menos detalles se dieron sobre las OET, de las que solo se dijo que registrarían una “mejora”.
Sobre Turespaña y la promoción, cabe aguardar si el equipo turístico de Rajoy sigue la senda del anterior gabinete de potenciar el turismo gastronómico y la reducción de la marca España frente a la autonómica. También están por ver sus planes sobre los nuevos mercados emergentes, como el chino, una de las mayores apuestas socialistas.
Finalmente, el PP deberá liderar la reconversión de los destinos maduros, después de que los planes socialistas hayan cosechado un fracaso rotundo, como demuestra la parálisis del proyecto de renovación de la Playa de Palma.
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