Madrid. 26/7/10.- El sector turístico español ha perdido competitividad y debe acometer reformas estructurales que contribuyan a su modernización y lo hagan sostenible. “Este objetivo es esencial si España quiere seguir manteniéndose en las primeras posiciones a nivel mundial”, advierten fuentes de la Embajada española en Varsovia.
Nuestro país apuesta por buscar nuevos mercados turísticos en estados europeos que pertenecieron a la Europa comunista, como Polonia y Rusia. Bruselas presentó recientemente un plan de 21 medidas para atraer a más visitantes de mercados emergentes con la esperanza de que el turismo permita a la UE recuperarse de la crisis económica. El número de turistas que visitan Europa bajó un 5,9% en 2009 y los ingresos se redujeron un 8%.
Los dirigentes comunitarios se han comprometido a que en 2020 unos 500 millones de turistas de todo el mundo visiten la Unión Europea, sobre todo destinos favoritos como España, Francia, Italia y Reino Unido. En el Viejo Continente, Rusia, con 140 millones de habitantes, y Polonia, con 38, son dos países clave. Rusia tiene grandes desequilibrios sociales y muchos pobres, pero las clases medias y altas constituyen un sector en auge. Tanto es así que viajar al extranjero se ha convertido para los rusos aposentados en un signo externo de bienestar económico y triunfo social. España es uno de los principales destinos turísticos de estos nuevos ricos.
La Organización Mundial del Turismo (OMT) augura un ritmo de crecimiento del turismo ruso en el extranjero del 12% anual. En España, sobre todo en Barcelona y la costa catalana, creció más del 30% en 2008, en plena crisis internacional. Según ha declarado más de una vez el secretario de Estado de Turismo, Joan Mesquida, España puede convertirse en el principal destino turístico de los rusos. Datos de Turespaña revelan que los rusos gastan más que el turista tradicional (suponen el 1,5% de los ingresos que deja cada año ese colectivo), mientras que a nivel de ocupación representan el 1% de todos los visitantes.
“Los turistas rusos pero también polacos podrían ocupar, a medio plazo, el lugar en España que dejen libre los veraneantes ingleses y franceses”, señala el experto varsoviano Jaroslaw Kurowski. Polonia, el único país de la UE y la OCDE que no ha entrado en recesión, emite una cantidad de turistas -400.000- a España relativamente modesta, pero es el único Estado comunitario donde se registra un incremento, del 2,1% en 2009. Dentro del programa piloto español 'Europe Senior Tourism' (EST), dirigido a ciudadanos de 15 países comunitarios de entre 55 y 75 años que quieran disfrutar de unas vacaciones económicas y de calidad en España durante la temporada baja, Polonia ha sido, junto con Grecia, el que más turistas ha generado.
Otros países poscomunistas, como Chequia, Bulgaria y Hungría, también están en el punto de mira del Gobierno español. España firmó el 8 de julio un acuerdo con las autoridades de Sofía para con el objetivo de ocupar el primer lugar en las preferencias turísticas de los búlgaros, según palabras del propio responsable gubernamental. Más de 300.000 turistas checos visitaron España en 2008, y los expertos afirman que es un mercado en expansión que se incrementará un promedio del 25% anual. España también ha firmado varios acuerdos con Hungría y Rumanía para atraer turistas de clase media de ambos países.
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