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Por Alfonso BrandoÂ
4/06/09.- Florianópolis, Estado de Santa Catarina, Brasil. El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (¿hay turismo sin viaje?, ¿hay viaje sin turismo?), WTTC en su denominación oficial, celebra su Summit anual, con su presidente, Jean Claude Baumgarten, como Gran Maestre y, por primera vez, en la región sudamericana.
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WTTC es una singular asociación, un Club serÃa más apropiada definición, con 100 miembros, del que forman parte lÃneas aéreas, compañÃas hoteleras, touroperadores, agencias de viajes y varios más. Se supone que su objetivo es contribuir a crear un mejor clima para el desarrollo de los negocios turÃsticos, persuadiendo para ello a los gobiernos para que adopten las medidas que WTTC considera pertinentes.
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‘Floripo’, como graciosamente han apocopado los brasileños a esa ciudad, fue un escenario cálido y voluntarioso para la puesta en escena de la Cumbre. Centenares de delegados asistieron profusamente a los eventos sociales y con menos fervor a las ponencias que se debatieron (?) durante dos dÃas de mayo, una vez que el presidente Lula declaró oficialmente inaugurada la Cumbre.
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Muy escasa presencia del empresariado del paÃs que ostenta el segundo puesto, ¿o es tercero?, en el turismo mundial, salvo la amplia representación de Exceltur, con Sebastián Escarrer al frente, acompañado por José Luis Zoreda y Oscar Pirelli. Y poco más. Ausentes Simón Pedro Barceló y Gabriele Burgio, miembros los dos del Comité Directivo de WTTC, solamente vimos a Adolfo Favieres, con sus amigos dominicanos.
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Entre los numerosos speakers, sólo dos españoles: Escarrer, que tuvo una intervención sobria y ajustada, y José Berenguer, directivo de Banco Santander en Brasil que, quizás amparado por la escasa presencia española, en un alarde de oportunismo, hizo votos para que RÃo de Janeiro obtuviera los Juegos OlÃmpicos de 2016, lo que motivó una oportuna intervención de Favieres. No serÃa extraño que Banco Santander, con el antecedente de su patrocinio a Lewis Hamilton, hiciera lo propio con Federer, o mejor con Murray, británico él y que, por ser más corpulento que el suizo, puede portar en su camisa una flama mayor. El valor de una idea...
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El desarrollo de la cumbre, con su fuerte componente endogámica, como suele ser habitual, puso de manifiesto en Floripo las carencias, pero también las posibilidades del Club. WTTC podrÃa, deberÃa, jugar un papel interesante en favor del turismo, si se aplicara a modificar su perfil. Y es que pareciera que WTTC está controlado por un núcleo duro anglosajón, con una tendencia marcada para contemplar su ombligo y convertir en un Club ('by invitation only') para ver y ser visto, cuando podrÃa ser un semillero de ideas traducidas a iniciativas. La presencia de Latinoamérica en WTTC es clamorosamente nula, y muy escasa la de Ãfrica.
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La colaboración con la Organización Mundial de Turismo durante la etapa de Frangialli parece haber sido prácticamente inexistente. Quizás con el próximo secretario general in pectore, Taleb Rifai, la sintonÃa podrá ser mucho mejor. Por otra parte, da la impresión de que la gestión al frente de WTTCÂ de Jean Claude Baumgarten, un ex-Air France con muchas horas de vuelo también fuera de los aviones, estuviera encorsetada y, lamentablemente, parece advertirse en Jean Claude cierto cansancio o, si se me permite, claudicación.
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En la práctica, la cumbre anual de WTTC se convierte en la esencia de la misma WTTC. La habilidad y la astucia de Baumgarten le ha llevado hasta ahora a convencer a un gobierno tras otro que llevar su Cumbre a una determinada ciudad supone situarla en el epicentro de los destinos turÃsticos del mundo. Y esa es la auténtica gestión ‘cumbre’ de WTTC que le reporta, además, un cuantioso ingreso.
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Pero el camino para que WTTC pueda ser verdaderamente útil, porque si no existiera WTTC convendrÃa crearlo, pasa por una apertura en toda regla y para ello WTTC deberÃa considerar cuatro grandes lÃneas de actuación: (a) una polÃtica regional integradora, (b) una divulgación regional de las ideas (c) un ‘cultivo’ igualmente regional del ‘think tank’ y (d) un apoyo en y a la OMT que hasta ahora parece haber sido ignorado. No es posible, ni deseable, que desde su cuartel general en Londres, cual laico y menudo Vaticano, ¿ómo podrá WTTC ayudar a los millones de personas que han dedicado al turismo sus mejores esfuerzos?
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¿Y las ponencias, los discursos, las conclusiones?... Pues bien, gracias.
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