Faltan pocas semanas para que despegue el primer vuelo comercial de la nueva aerolínea Volotea, puesta en marcha por quienes -Carlos Muñoz y Lázaro Ros- en su día fueron los creadores de aquel éxito de marketing y comercial que fue y sigue siendo Vueling, aunque en la actualidad con una línea empresarial diferente, la “mini-Iberia” con que la definió uno de sus fundadores, tras abandonarla tras haber pagado el error de dar entrada a socios que no compartían su modelo de negocio.
El pasado quedó atrás, así como aquella Clickair montada por Iberia para machacar a Vueling aunque acabó fusionada por absorción y diluida en la que poseía mejor imagen de marca y mejor posicionamiento en la mente de los consumidores, permitiéndole a la “nueva” Vueling campar a sus anchas por los aeropuertos en los que Iberia no tiene interés en operar, salvo el de Barcelona-El Prat por el siempre lucrativo Puente Aéreo. A sus anchas, más aún desde que desapareció Spanair. Y con una Air Europa refugiada en sus cuarteles en espera de que cambie un entorno macroeconómico muy duro, por el incremento de los costes, sobre todo del queroseno.
Volotea nace en ese mismo entorno complicado, poco favorable para cualquier emprendedor empresarial y menos en el sector de la aviación comercial. Pero por eso mismo, porque el entorno es muy complicado, tiene posibilidad de crear su propio espacio en el mercado, ya que su estrategia no es ni de seguidora ni de retadora de la líder establecida sino de nicho. Parece de libro.
El tándem fundador de Vueling vuelve a la actualidad sectorial y lo hace poniendo en práctica nuevamente conceptos de la teoría empresarial, en los que se apoya su sexto sentido, de emprendedores. No es extraño que, para lanzar su nueva compañía aérea, hayan encontrado socios que les proporcionan apoyo financiero, tan escaso, difícil de encontrar y costoso como es en estos tiempos. Su proyecto no se ha torcido tras la desaparición de Spanair, a pesar de que alguien pudiera considerar que ahora hay un hueco importante y mucha demanda sin satisfacer… aunque ¿por cuánto tiempo, con qué costes y qué tarifas?
Difícilmente seré uno de los beneficiados con las rutas de Volotea, porque no operarán, al menos de entrada, en aeropuertos de mis viajes habituales. Pero les deseo éxito. Y les recordaría que anden con ojo al afrontar el crecimiento y al elegir futuros compañeros de viaje. Porque para los dos fundadores, tan importantes –si no más- como quienes suban a bordo de sus aviones lo serán posibles accionistas futuros y miembros del consejo de administración. Algo que sufrieron durante la evolución de su anterior compañía.
El modelo es joder al empleado, como esta de moda últimamente.
PORQUE NO HABLAS DE LAS CONDICIONES LABORALES QUE OFRECEN A LOS TCPS?
INTELIGENTES NO SON UNOS LISTOS O "ESPABILAOS" SI LOS PREFIERES
piraaatas.. no os equivoqueeeis.. PIRAATAS!!!
A ver Pau Morata, no me puedo creer que felicites la creación de Volotea cuando los salarios y las condiciones laborales son tercermundistas.
Pagar a un TCP 1000 euros brutos es aberrante y a los pilotos no lo quiero ni saber.
Yo por lo menos no pienso volar con ellos, y ya se suma a la lista que tengo de las que no vuelo.
Lo de Volotea va a ser un revoloteo pasajero. Con los mimbres de desprecio a sus empleados casi nada sale nada bueno. Ojito a los que os subáis ahí.
Y a eso únele la combinación explosiva de clanes entre los pilotos. Va a ser una guerra sin cuartel para alcanzar o mantener en su caso su nicho de poder. Van a saltar chispas a la mínima de cambio.
Las malas condiciones laborales son las que se imponen ahora en el mercado. No hacen ni mas ni menos que el resto de low cost y saben que tendran personal pagandole poco porque van a pagar mucho.
A pesar de todo creo que esta aventura durara poco y al final empleados a la calle, proveedores sin cobrar y los listillo que la crearon se beneficiara de la desgracia de otros.