Por desgracia, para septiembre se prevé una oleada de malas noticias en el Sector. La cosecha de este verano históricamente negro se recogerán a partir de otoño. No habrá muchas sorpresas en cuanto a la cuenta de resultados, que la mayoría en el ámbito emisor da por hecho que quedará en rojo, estando el foco en la liquidez.
Es ahora la caja lo que preocupa a agencias de viajes y touroperadores de mayor o menor tamaño. En estos meses es cuando se llena la tesorería, y el volumen que alcance es lo que determina la capacidad para aguantar el año e ir pudiendo cumplir con las obligaciones y las nóminas.
Algunas empresas pueden tener algo de esperanza en que la contracción de la oferta les deje en una situación más favorable, pero como se demostró con Marsans, Nobeltours o Spanair, por mucho que desaparezca un fuerte actor, esta marcha no suele ser proporcional al desfase con la demanda, y la tendencia de reducir rentabilidad y ventas sigue acentuándose.
El Turismo ha vivido otoños malos en los últimos tiempos, pero cabe prepararse para lo que tiene todos los números de ser el peor septiembre y octubre en los últimos tiempos, ante la falta de estímulos al consumo que está asegurada a corto plazo en España.
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