La hotelería tiene prácticamente ‘atado y bien atado’ el reparto de la subida del IVA entre clientes y proveedores. Los sectores en los que el alza es de 2 puntos (del 8 al 10 por ciento) prevén asumir el incremento y no repercutirlos en el precio, mientras que para el caso más especial, el de la oferta complementaria, en un principio está acordado un reparto de los 13 puntos que sube (del 8 al 21 por ciento).
Las excursiones, como visitas a lugares de valor natural o cultural, además de los espectáculos nocturnos, brotan así como lo negocios más afectados, y sus operadores son los que se verán obligados a subir el precio. Son, por tanto, los más expuestos también a ver reducida su demanda, ya que los hoteleros probablemente recorten en este capítulo. Desde distintas asociaciones de oferta complementaria ya aventuran un invierno “con bastantes cierres”.
El acuerdo marco entre hoteleros y sus proveedores se ha firmado con representantes de agencias receptivas, con el citado reparto a partes iguales estipulado. No obstante, y según el volumen del contratista, habrá acuerdos especiales, en los que por ejemplo se pueden adelantar facturaciones u otras soluciones financieras habituales.
El transporte discrecional se verá menos afectado, ya que su tipo impositivo del IVA se mantendrá en el reducido, con un alza del 25 por ciento, pasando del 8 al 10 por ciento. No obstante, en el caso de las Islas Baleares los empresarios de este sector no tienen ninguna intención de asumir el alza del impuesto, según han confirmado a este digital. "Con la subida del combustible no estamos en situación de asumir incrementos del IVA", han recalcado.
Respecto a los clientes, los contratos que llevan meses firmándose ya con los touroperadores extranjeros para la próxima temporada alta cuentan con el compromiso de los hoteleros de asumir el alza del IVA, de dos puntos también en este caso, lo que está limitando la subida real de precios hasta nunca más del 2 por ciento, según directivos del sector con los que ha contactado preferente.com.
Así, la rentabilidad el año próximo tiene visos de reducirse respecto a este periodo estival, que en bastantes casos ha sido superior a la del año pasado gracias a que este ejercicio sí ha habido subidas de precio. Para el que viene, preocupa una probable alza de los costes energéticos, teniendo en cuenta el problema estatal aún sin solventar del déficit de tarifa.
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