Cehat cifró el seguimiento de la Huelga General en la hotelería en el 0,09 por ciento. Las mayores incidencias fueron en Asturias, donde el paro lo secundó el 2 por ciento de empleados, según la patronal hotelera. Ceav, de su lado, ni siquiera pudo dar un porcentaje, por irrisorio, y se limitó a señalar que el seguimiento en las agencias de viajes ha sido “nulo”. La huelga general, así, se cobró un sonoro fracaso en el Turismo, y evidenció la desconexión total entre los trabajadores del Sector y las centras sindicales.
UGT corroboró que en pequeños hoteles y comercios el seguimiento de la Huelga General fue “residual”, y aludió con evasivas de que no se conocen datos concretos “en este momento”. Sin embargo, el sindicato de Cándido Méndez, de quien precisamente se está echando en falta algún pronunciamiento sobre lo que se cocina en Iberia, llegó a afirmar que… ¡El seguimiento de la huelga en grandes cadenas hoteleras fue del 75 por ciento! La mitad ya hubiera sido una hecatombe para las redes de alojamientos. Una táctica, la de inflar así las cifras, de efectividad discutible para que las centrales capten simpatizantes.
En el transporte, los servicios mínimos han garantizado el cumplimiento de lo pactado. Aena registró la cancelación de poco más de 600 vuelos en los aeropuertos españoles, de un total de 2.322 operaciones programadas para la jornada. En Renfe también se cumplió lo acordado.
El consumo eléctrico en este 14 de noviembre ha sido aún mayor que el de la última huelga general del 29 de marzo, donde ya se tildó de fracaso la convocatoria de paro. En Madrid apenas si se ha notado algo incluso en el consumo minorista, y un poco más en Barcelona. Puede concluirse así que el divorcio entre la sociedad y los dos grandes sindicatos se agranda, en un momento donde son más necesarios que nunca. Con EREs previstos en las principales empresas turísticas con sede en Madrid, su papel debiera ser crucial. Pero faltan muestras de que prevalece el interés general al propio de la elite sindical. Tanto en Viajes El Corte Inglés como en Iberia echan en falta a UGT y CCOO, en el primer caso por la afinidad entre empresa y el SPV hegemónico, y en el segundo porque son reacios a seguir a un Sepla que marca la senda hasta del Gobierno.
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