Hidalgo, los bancos y Orizonia (I)

La madre de todas las preguntas que giran en torno a Orizonia es de dónde sacará dinero el presidente de Globalia para inyectarlo a corto y medio plazo en un grupo que está bajo mínimos en sus cuentas y que tiene pendiente una cascada de pagos ineludibles en las próximas semanas.

Juan José Hidalgo ha pasado sus vacaciones en República Dominicana pegado al teléfono, en permanente contacto con su tocayo José Duato, con algún que otro banquero de cabecera, con importantes hoteleros a los que Globalia debe grandes sumas y con las autoridades del país que tanto ama.

Han sido unos días de relajamiento, los más felices de los últimos tiempos, muy exultante tras la fusión de su grupo con su más directo competidor, jugando a golf en casi todos los campos de Punta Cana menos en el del socio de su amigo Julio Iglesias, el que explota el aeropuerto.

Hidalgo ha combinado las vacaciones con el trabajo, alternando el golf y los encuentros a manteles con estrellas como Cristiano Ronaldo, la novia de este, Irina Shayk, con Baptista, con el propio Julio Iglesias, con colegas españoles, con amigos y con el embajador dominicano en nuestro país, en una actividad sinfín.

Pero la mente del empresario turístico español más mediático estaba centrada en la forma en la que va a hacer frente a los pagos pendientes tanto de Globalia como de Orizonia, sobre todo de este último grupo, cuyo primer escollo del BSP lo ha pasado en el último minuto del descuento.

Y es que la situación financiera de los dos grupos es a día de hoy muy delicada, la compradora con unos resultados negativos que superan los 50 millones de euros y la que va a ser fusionada con el agua al cuello a pesar de la quita de los bancos y de la comprensión de algunas cadenas.

No es raro, por tanto, que antes de la reunión con Julio Iglesias, Hidalgo llamara, entre otros, al hotelero más grande para pedirle, casi rogarle, que aceptase cobrar el dinero que le debe del verano, entre dos y cuatro millones, en el mes de marzo, pero al parecer sin mucho éxito.

JJH cuenta con la comprensión de una de las entidades financieras que hasta hace año y medio era socio de Globalia, el Banco Popular, que tiene las espaldas bien cubiertas precisamente con un importante activo de República Dominicana, pero ésta entidad no va a poner un euro en Orizonia.

Como quiera que el resto de los bancos amigos no está por la labor de inyectar más dinero al grupo de los fondos --mucho menos los bancos de la quita--, Hidalgo se está planteando vender algunos negocios para hacer frente a los pagos inmediatos de Orizonia y no tanto de Globalia.

A pesar del tétrico panorama, el empresario salmantino no está tan deprimido como se le vio en la última Fitur, sino todo lo contrario, muy confiado en el futuro de Air Europa, en la respuesta de la Comisión Nacional de Competencia y en la reacción indulgente de los hoteleros.

(Continuará)