Renfe incumple su previsión y mantiene los números rojos

En la primavera pasada, los actuales gestores de Renfe se permitían cierto optimismo respecto a los resultados que la compañía podía ofrecer al cierre de 2012 y hablaban incluso de que se registraran beneficios cercanos a los 67 millones de euros. La realidad, según El Economista, es que el ejercicio pasado ha terminado con pérdidas de unos 40 millones para el gestor ferroviario público.

Aún así, el balance provisional es más halagüeño que el de 2011, puesto que las pérdidas se habrían reducido en 300 millones. Este hecho ha elevado el ánimo de los responsables de la compañía presidida por Julio Gómez Pomar, que tuvieron que elevar de 100 a 335 millones los números rojos de ese año por el deterioro de las participaciones financieras y la imposibilidad de incluir en el balance parte de los ingresos por la compensación para el mantenimiento de servicios públicos, según la versión oficial.

Desde su aterrizaje en el equipo de la ministra Ana Pastor, Gómez Pomar ha impulsado un ambicioso plan de reducción de costes en Renfe. No obstante, no ha sido posible revertir los 71 años de historia con pérdidas en esta compañía dependiente del Ministerio de Fomento.

A pesar de ello, solo en el capítulo de gastos de Renfe Operadora en concepto de reparación y revisión de los trenes, el ahorro ha sido cercano a 30 millones de euros tras la implantación de una auditoría interna en los procesos que la compañía comparte con empresas privadas del sector. La bajada de sueldos y la disminución de altos cargos habrían propiciado otros 30 a 40 millones de recortes.

Renfe tampoco espera que 2013 traiga la rentabilidad a la empresa, a pesar de que se espera mejorar la rentabilidad del AVE, reducir en 51 millones los gastos en líneas de media distancia deficitarias y el arrendamiento de material ferroviario. Se estiman unos 80 millones de pérdidas y 130 millones de deuda extra procedente de los servicios y activos recibidos de Feve.