La organización de eventos ha experimento una gran evolución en los últimos años, la coyuntura económica ha supuesto cambios en este sector, sin embargo, no ha sido este el único motivo por el que las conocidas reuniones de trabajo han modificado su organización. La filosofía empresarial ha cambiado, las reuniones de trabajo no son concebidas como tal, sino que se han convertido en gestión de recursos humanos.
Los eventos son grandes oportunidades de acercamiento entre la empresa y sus trabajadores. Fomentan la unión entre ambos y crean vínculos afectivos que se traducen en un aumento directo de la productividad laboral.
Hace tiempo que en el mundo empresarial es conocida la relación existente entre incentivos y productividad, por ello la tendencia actual es la de personalizar los eventos.
Por ejemplo, una empresa pequeña de corte tradicional busca un acercamiento familiar a sus trabajadores. Su evento perfecto pasa por el empleo de métodos de coaching mediante reuniones o seminarios que les ayuden a plantear el futuro de la empresa y mejorar la convivencia.
Por otro lado, si se trata de una empresa con un número elevado de empleados que trabajan en proyectos comunes el evento ideal debe ir enfocado al trabajo en equipo. Ejemplo de ello sería la organización de una actividad por equipos, con la que fomentaríamos tanto el trabajo común como la competitividad.
Teniendo en cuenta esta tendencia podemos comprobar como los grandes complejos hoteleros han adaptado su oferta. Las reuniones de trabajo no se basan en congresos llenos de ponencias, sino que van más allá y ofrecen al trabajador todo tipo de actividades complementarias que hacen del mismo un incentivo muy valorado.
La fórmula para conseguir un evento de éxito es la personalización del mismo. Se deben conocer las necesidades de aquellos a los que va destinado, al igual que ocurre cuando se quiere vender un artículo de consumo. Nuestro producto de venta es el evento empresarial y antes de plantear una oferta hay que cuestionarse preguntas tales como: ¿Cuál es el objetivo que quiere conseguir la empresa?, ¿qué necesidades tienen los trabajadores?, ¿qué beneficios buscan en la asistencia a una reunión de trabajo?
Los agentes implicados en la organización del evento, desde los directores de recursos humanos a los gerentes de hotel, deben plantearse estos y otros interrogantes para conocer a la perfección cual es su objetivo principal en el planteamiento del evento.
El caso de los complejos hoteleros es un excelente ejemplo de adaptabilidad a la demanda. En la última década hemos visto como la oferta variaba ofreciendo cada vez nuevas soluciones a sus clientes, en el caso que nos ocupa, a las empresas.
En conclusión, podemos afirmar que el pragmatismo se ha convertido en la base de la ecuación, tener definido el objetivo del evento y en base a ello personalizarlo es la clave para lograr el éxito en su organización.
(*) Javier Luri, Director Gerente Hotel Meliá Villaitana 4* y The Level at Meliá Villaitana 5* en Meliá Hotels International
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