Las organizaciones públicas que prestan servicios al turismo, como son municipios, comunidades autónomas o Aeropuertos Nacionales, deberían aprender del sector privado y fijar estándares de calidad en sus servicios, para lo cual no les iría mal introducir la figura del “mistery shopper”, que les permita conocer realmente qué nivel de satisfacción tienen los clientes.
En este sentido, recuerdo no hace mucho tiempo un reportaje en el que un periodista se hace pasar por turista en varias oficinas de información de una autonomía vacacional líder, para recibir un servicio auténticamente desastroso, en el que los funcionarios encargados simplemente deseaban que no lo molestaran. El problema es mucho más serio que simplemente el malhumor de un empleado, que siempre puede existir; el problema está más ligado a la sensación de que el turismo es un incordio. Y eso está expandiéndose en algunas zonas de España en las que parece que todo nos molesta.
Sin ir más lejos, esta semana al embarcar en un avión, me encontré con una mujer que iba con bolsas y un niño y que al pasar por el control de seguridad le entrega la tarjeta de embarque doblada a la chica del control; esta le grita a la visitante, le dice que ella no está allí para abrir tarjetas y que cuando se la entregue abierta la dejará pasar.
También esta semana, yo mismo fui virulentamente reñido por un agente privado de seguridad de un control aeroportuario porque inadvertidamente pasé por el arco de seguridad con las manos cerradas, como si sistema no fuera capaz de escanear los metales que pudiera tener dentro de las manos.
Al llegar a otro aeropuerto, con tres personas más, me encuentro con que el conductor del autobús público que nos tendría que transportar hasta la ciudad se niega a cobrarnos, y consecuentemente a transportarnos, porque llevábamos un billete de 20 euros para pagar los 4 billetes de 2,5 euros que teníamos que pagar, cuando un cartel en el bus decía que sólo admitía 10 euros.
Naturalmente, no es justo ni aceptable generalizar, pero tampoco estaría de más hacer estudios para conocer si estas son conductas aisladas y puntuales que he tenido la desgracia de ver en bien pocos días o si, por el contrario, este trato vejatorio es más frecuente de lo que debería. En cualquier caso, nunca estaría de más una condena a estos pequeños abusos que probablemente sean más negativos para la imagen de España casi que nuestro buen clima.
Pues por desgracia ,esas pequeñas "hazañas",también las he visto yo algunas veces......no nos damos cuenta , que dar servicio no es ser servil.
Hace 50 años, eramos pobres y no profesionales, pero cada dia que pasaba, nuestra vida mejoraba, eramos un poco mas ricos, y teniamos mucho optimismo. Por eso eramos simpaticos y alegres, frente al turista rico y a veces malducado.
Hoy, 2013, cada dia somos mas pobres y tenemos menos futuro, somos profesionales pero ya no tenemos ilusion. Hace 5 años eramos mas ricos que estos turistas que nos vienen a molestar, casi siempre muy humilde y educado. Si quieren sonrisas, que se vayan a Dominicana ...
Y en cuanto a los empleados de seguridad de los aeropuertos, mejor ni comento que me eliminan el comentario.
El del bus que no acepta billetes mayores de 10 euros, seguro que es Palma. Lo he visto muchas veces y es vergonzoso. La empresa pública de buses de la ciudad es de vergüenza ajena. Cuando le pregunta algún turista, sea en inglés o castellano, si va hacia el lugar X, siempre responden ESTE NO ES y cierran la puerta, en lugar de decir que bus tomar y en donde. Por otro lado, los taxistas que hay en el aeropuerto de Palma, NADIE te quiere cobrar con tarjeta de crédito. Todos tienen datáfono pero no les interesa. Hemos ido varias veces al policia local de turno y nos comentaba que no hay ninguna normativa al respecto, así que tuvimos que volver a la terminal, subir a la planta de arriba y dirigirnos hacia el otro lado del aeropuerto para poder sacar dinero del cajero. Desde entonces, nos llevamos siempre el coche y es vergonzoso que todo siga igual. Palma de Mallorca. Increíble!!
Pues mira, ahora que sale el tema.... Lo de los "agentes de seguridad" en el aeropuerto, por,o menos en barajas, es vergonzoso. Simplemente el tono de voz, y su grito- lema de "los zapatos, los zapatos!!!, ya ofende a cualquier pasajero. A los españoles nos da que pensar otra vez que le sucede a una persona, probablente en otra circunstancias muy agradable, cuando recibe una chapa que va asociada a un trabajo con tareas organizativas, en este caso, hacer cruzar un arco a una fila de viajeros. Se transforma en otro ser diferente!
En cuanto a los extranjeros, que es de lo que se habla en el articulo, no se que pensaran, probablemente nada bueno.
Estos "guardias" deberian aprender y mucho de compañeros en otros aeropuertos extranjeros como ser amable y tratar a un cliente/ pasajero/ turista.... Como queramos llamarlo...
El maltrato en los filtros de los aeropuertos es clamoroso. Pero lo peor es que esas humillaciones no sirven para proteger la seguridad de nadie, solo para para que los que mandan muestren su prepotencia ante los ciudadanos. Y hay que dejar claro que los que mandan no son los curritos que al final tendrán que hacer lo que les digan, sino los políticos que redactan las normas desde su completa ignorancia y menosprecio hacia el ciudadano al que creen subnormal.
Sin ir mas lejos, hace unas semanas se colaron un par de individuos hasta los propios aviones donde rompieron los que les vino en gana antes de ser detenidos. Y eso que lo hacían solo por pasar el rato. ¿Que habría ocurrido de ser auténticos terroristas?
A dia de hoy todavía se espera la dimisión del responsable y hay compañías que evitan medidas tan sencillas como contar al pasaje en el avión para comprobar que los que hay en el son los que tiene que haber.
Eso si, compremos scanneres carísimos por los que el autentico terrorista ya podemos asegurar que no va a pasar.