El turismo ¿sector estratégico nacional o sector a ordeñar?

Si hay algo que todos tenemos claro es que el turismo es ahora mismo el sector estratégico español, la joya de la corona, la isla en el mar de la crisis, la tabla de salvamento a la que agarrarse cuando todos los datos son negativos, y sólo podemos sacar cabeza con datos relacionados con el turismo. Sin embargo, muchas veces tenemos la sensación que, para nuestras autoridades políticas, es sólo una postura, una declaración de intenciones que olvidan cuando tienen que tomar decisiones verdaderamente estratégicas para el turismo.

Hemos asistido a una proliferación de planes: plan de marketing, plan estratégico, plan 20/20, plan integral, plan de planes…. Cualquiera que quisiera ser alguien en el turismo tenía un plan… Todos estos documentos se han quedado en eso, en ser sólo documentos, y hemos asistido al desvarío y desgobierno de las más variadas administraciones en los últimos años. Se han creado mil marcas turísticas y se han generado mil “ególatras políticos”.

Nos hemos encontrado con zonas en las que en seis kilómetros de playa hay cinco concejales de turismo de 5 términos municipales con cinco logos y marquitas que quieren hacer valer cuando el mejor activo es la propia playa. Así que si de verdad el sector turístico es un sector estratégico, debe dejar de ser sólo el abrevadero político para pasar a ser el líder de la reforma pública que se necesita para regenerar la política turística, reducir gastos y convertirlo todo en mayor rentabilidad. Muchos planes, pero ninguna actuación relevante en destinos turísticos que sí han sido ordeñados en los últimos 50 años.

La financiación de los municipios turísticos es todavía una asignatura pendiente que debe formar parte de esta “refundación financiera” a la estamos asistiendo. Lo turístico no puede permanecer al margen de la justicia distributiva y es urgente e inaplazable la puesta al día de estos destinos si no queremos estancarnos en una “incompetitividad” crónica. La inversión pública debe ser reconducida en su prioridad. Lo que debe primar por encima de todo es la inversión productiva, y lo que más produce en este momento son los destinos turísticos consolidados Se deben terminar los aves a ninguna parte, infraestructuras inservibles y las promociones basadas en eventos fugaces pero enormemente caros e insostenibles.

España es una potencia en el turismo vacacional y es ahí donde radica su punto fuerte y su diferencia. Los empresarios turísticos tenemos mucha fe en el presente y en el futuro, y somos los principales convencidos en que esta industria se adaptará y evolucionará, y no nos podemos dejar llevar por un inmovilismo innecesario y desaconsejable. Las vacaciones son un antídoto contra la recesión, incluso en momentos como éste en el que la capacidad de gasto está muy recortada. Y cuando pase la crisis nada será igual excepto la necesidad de vacaciones para millones de personas, afortunadamente para esta industria.