El caso de corrupción de las obras del AVE salpica a la ex de Fomento, Magdalena Álvarez

A solo unas horas de la confirmación de la imputación de la exministra de Fomento, Magdalena Álvarez en los EREs fraudulentos de la Junta de Andalucía, el caso de soborno en la contratación de las obras del AVE Madrid-Barcelona, vuelve a salpicar a la ahora vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

La mano derecha de Álvarez, Antonio González Marín, presidente en ese entonces de Adif y actual jefe del Servicio Andaluz de Empleo (SAE), tenía trato directo con los directivos que fueron detenidos este lunes, el director de la línea de la zona noroeste, Rafael Rodríguez y el gerente del área de Infraestructuras en el tramo Madrid-Barcelona-frontera francesa, Jaime García-Germán.

Según recoge Voz Populi, la Fiscalía Anticorrupción investiga si los responsables de las obras de uno de los tramos del AVE, la constructora Corsán Corviam, por importe de casi 68 millones de euros, llegaron a acuerdos con “cualificados funcionarios públicos” de Adif con el fin de que se inflaran los contratos.

La exministra fichó a González Marín quien hasta entonces había ostentado entre otros puestos el de jefe del Servicio de Inspección de Entidades Financieras, jefe del Servicio de Tesorería y director general de Tesorería y Política Financiera de la Junta de Andalucía.

La exdirigente socialista permaneció como titular de la cartera de Fomento hasta abril de 2009, casi un año después de que su departamento otorgara el contrato en cuestión a Corsán Corviam. José Blanco, su sucesor en el cargo se ha desvinculado este mismo martes de cualquier implicación en el citado contrato. El caso se encuentra no obstante, bajo secreto sumarial, y las investigaciones están en estado inicial. 

Algunos diarios digitales como ABC o El Mundo han apuntado que en otros casos en los que la exministra ha sido salpicada e incluso señalada como responsable, aparte del de los EREs, como el accidente de Spanair que se cobró numerosas vidas, el caso de los billetes gratis de Aviaco o la tragedia del metro de Valencia, también con más de cuarenta muertos, no ha dado explicaciones y ha aducido falta de memoria para escurrir el bulto.