Barceló Viajes contabilizó al cierre del año pasado 688 oficinas, en una división que en un año progresó un 89 por ciento, hasta lograr una facturación de 1.050 millones, tras sumar la aerolínea Evelop y nuevas marcas de touroperación.
La división hotelera del grupo Barceló va a destinar este año un total de 100 millones en la culminación de la renovación de su planta, que en la actualidad, se encuentran en estado de revista en un 95%, entre los renovados y los de nueva construcción. Da un giro a su estrategia de crecimiento de mitad de la década pasada, con menos incorporaciones y enfocando sus estrategias al afianzamiento.
En 2013, Barceló multiplicó por más de siete veces su beneficio neto, hasta 25 millones. El resultado bruto de explotación llegó hasta los 183,3 millones y en torno al 75% procedió de sus establecimientos de Latinoamérica.
Los ingresos crecieron un 39,5%, hasta 1.125,6 millones. España aportó 734,5 millones. Mientras, la cifra de negocios rozó los 1.936 millones, gracias al impulso de la división de viajes, que en un año progresó un 89%, hasta 1.050 millones.
Dos de sus últimas inversiones, con un total de 76 millones de euros, fueron a parar al reposicionamiento de algunos hoteles como el Barceló Sants, ubicado en Barcelona y el Barceló Castillo Beach Resort de Fuerteventura. Durante el año pasado, la hotelera sumó cinco hoteles, según recoge Expansión.
En total grupo contaba a primeros del mes pasado con 140 hoteles y 37.380 habitaciones en 17 países, de ellos, un 61% en gestión y otro 39% en propiedad. En Grecia, uno de los países atractivos para el crecimiento del grupo, incorporó un hotel en propiedad en 2013.
La cadena ha realizado desinversiones como la de parte del Hotel Barceló Capella en República Dominicana que le aportó un valor contable de 9,42 millones y cuya finalización de venta está fijada para este año.
Por otro lado, la salida del fondo Playa Hotels & Resorts, permitió a la compañía hacerse con efectivo, así como con la propiedad de nueve hoteles que tenía en gestión y cuyo coste ascendió a 307,32 millones de euros, seis en México y tres en República Dominicana en donde el grupo obtiene la mayor parte de sus beneficios de Latinoamérica. La hotelera poseía una participación del 23% del citado fondo.
En EEUU también en 2014, el grupo se desprendió de tres hoteles y de otras participaciones en sociedades, a las que Barceló atribuía un valor de 87,39 millones. Se trata de una de las acciones dentro de la salida de Crestline, hotelera en la que entró en 2002 y que opera 46 establecimientos estadounidenses.
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