LA CRÓNICA DEL FIN DE SEMANA
Internet vuelve a arriesgar miles de empleos turísticos
La irrupción de la oferta privada de apartamentos en el mercado altera los fundamentos del negocio hotelero del paísCuriosamente, quienes menos peligro corren son las grandes cadenas que no tienen problemas con su oferta en el Caribe
Hace unas semanas hice un viaje para asistir a un evento internacional y, para mi sorpresa, la mayor parte de mis colegas de Escandinavia no se habían alojado en hoteles sino en apartamentos vacacionales privados, negociados a través de la red: una decena de personas que habían desistido del tradicional hotel para ocupar otros tantos pisos. “Nos cuesta igual de precio que una habitación de hotel, pero tienes mucho más espacio y comodidad”, me explicaban cuando yo les preguntaba el porqué de esa elección.
No me lo dijeron ni yo lo pregunté, pero es evidente que, además de la comodidad, mis colegas tenían la seguridad de que la operación no tenía riesgos, de que pudieron ver suficiente oferta antes de escoger, etcétera, factores todos ellos sine qua non para que los apartamentos privados de alquiler puedan entrar en el mercado y ser competitivos.
Yo, en cambio, siguiendo mis hábitos, me alojé en un hotel impecable, al mismo precio que el apartamento, también céntrico. Sin embargo, al escuchar a mis amigos, comprendí que ellos durante esta semana podrían disfrutar de más espacio que yo, de una cocina en la que hacer cualquier snack o poner alguna bebida en la nevera. Sí, definitivamente, la próxima vez que tenga que asistir a un evento de este tipo, exploraré qué tal un apartamento.
Como imaginan, el atractivo de este tipo de oferta se incrementa cuanto más larga es la estancia en el destino indicado. Por una noche probablemente no valga la pena. Pero por una semana empieza a ser más interesante. Y por quince días, aún más. En igual sentido, a más tiempo vamos a pasar fuera de la habitación, menos atractivos son los apartamentos. En este sentido, un viaje puramente vacacional, sin agenda, se convierte en ideal para este tipo de estancias porque es cuando el espacio y la cocina adquieren más interés. Y este, precisamente, es un tipo de viaje que en España tenemos en abundancia: el del turista que va a la playa pero que pasa mucho tiempo también en su habitación.
Es decir que una parte importante de la oferta de alojamiento hotelero español puede estar asomándose a un abismo, el de la competencia masiva por parte de propietarios de alojamientos improductivos. Lo recordaron varios hoteleros este viernes en el Foro Preferente, donde como siempre, los temas de primer orden emergen.
Quizás en España existe un motivo adicional para que muchos propietarios se planteen este alquiler como salida para su inversión improductiva (hoy la pretensión de venta es un sueño, ante la falta de liquidez en el mercado y la actitud de la banca, preocupada sólo por vender sus propios pisos). El sistema jurídico, pese a los incontables esfuerzos legislativos para facilitar el pago y, en su defecto, el desahucio, no funciona. La burocratización de la Justicia hace que cualquiera con un poco de malicia pueda abusar del propietario del piso, sin pagar las consecuencias de su conducta. En general, las nuevas restricciones en beneficio del propietario sólo afectan al inquilino que hubiera querido pagar y no puede, pero no al que jamás pensó en hacerlo.
Por lo tanto, la situación del mercado se puede simplificar en la concurrencia de estos factores:
Miles de pisos infrautilizados, comprados como segunda residencia, situados a lo largo de todo el país, con especial presencia en las zonas turísticas.
Imposibilidad para obtener rendimientos de esos pisos en el momento presente y, peor, a medio plazo.
Aparición de intermediarios online que ofrecen todas las garantías de que se cobrarán las cantidades pactadas y de que se producirá la salida del cliente en el momento convenido.
Acceso, mediante esos intermediarios, a los mercados emisores de estos viajeros, con costes de intermediación incluso más bajos que los que sufren los establecimientos hoteleros.
Altas posibilidades de que no queden rastros de estas operaciones, o de que si quedan no sean accesibles para la Hacienda pública española, con lo que fiscalmente puede tratarse de operaciones opacas.
Precios sensiblemente más altos de los que se cobrarían por alquileres de larga duración, de forma que normalmente podemos estar hablando de precios que cuadruplican, a iguales duraciones, los del mercado de alquiler ordinario.
Dificultades de las administraciones públicas para abordar este fenómeno que, encima, se complica con la ausencia de claridad normativa y el pavor de los políticos a perder los votos de estos ciudadanos, ya bastante castigados con la crisis que hemos venido sufriendo en el país. Este es, pues, el panorama al que se enfrenta la hostleería española -y de otros países- en los tiempos presentes.
¿Quienes son las víctimas potenciales?
Los hoteles que tienen más riesgo son los que no están respaldados por una marca poderosa, que suelen ser familiares y se comercializan por precio y que tienen que pagar carísimas comisiones para ser vendidos a través de las OTA's conocidas.
Entre ellos, no puede dejar de mencionarse el hotel vacacional de tres estrellas, que se encuentra ahora con la competencia del apartamento de la misma zona, con más espacio pero menos precio.
Los hoteles de más lujo ofrecen al menos un producto que incluye algo de ocio, lo cual confiere una cierta identidad. Pero los más económicos van a sufrir seriamente.
El problema, como se imaginan, es muy serio, puede afectar a miles de puestos de empleo, tiene muy difícil solución y es otra de las grandes novedades que nos aporta Internet, al permitir el comercio online sin fronteras. No se trata de que reemplacemos una oferta por otra, sino que la oferta hotelera implica miles y miles de empleos, pero la otra, no. En la segunda no hay servicio de habitaciones, ni hay recepción, por lo que mucha mano de obra poco o nada cualificada corre un grave riesgo. Esto es lo que nos jugamos.
Observen la paradoja: ¿quienes corren menos riesgo con la emergencia de este tipo de oferta? Por si no se han dado cuenta, las grandes cadenas hoteleras cuyas grandes fábricas de dinero, los hoteles del Caribe, no corren peligro. Allí ni hay ni puede haber competencia de particulares, porque simplemente el alojamiento local no tiene nivel alguno. ¿Y quien arriesga? Los pequeños y medianos, que están en nuestras playas compitiendo por precio y a través de tour operadores o, quizás peor, OTA's. (Esto, por cierto, convierte en plausible el llamado durante el Foro Preferente de los Piñero, Escarrer y Riu en contra de los apartamentos, porque ellos precisamente son los que menos riesgo tienen, dado que la mayor parte de su oferta está protegida.)
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cada vez son mas populares los alojamientos en casas/apartamentos de vacaciones. Por las ventajas anteriormente comentadas en el articulo.
Seran los hoteles quienes tendran que reinventarse
No es internet la amenaza.
Siempre cuando la oferta y la demanda no coinciden, existen tensiones y oportunidades. Internet facilitara la sarisfaccion de la demanada de apartamentos, y no nos olvidemos que el volumen de turistas de este segmento ayudan a mantener las conexiones aereas que tanto necesita el turismo,
Y lo mismo pasara con el transporte con UBER y cualquier servicio que no satisfaga a la demanda.
Sin embargo, internet no es culpable, solo es el facilitador.
Lamentable el desconocimiento que demuestra Sr Amador del mercado Caribeño de apartamento y villas, que es ademas de un nivel muy elevado.
Ni siquiera por curiosidad profesional ingreso Vd en las web que pone a caldo como el gran mal que afecta al sector, para comprobar dicha oferta.
Un detalle ademas muy interesante, es ver como los residenciales vendidos por dichas cadenas hoteleras caribeñas son ofertados en estos portales por sus actuales propietarios, claro esta que nuestros queridos hoteleros ya sacaron el beneficio oportuno.
Curiosamente, en esos mismos apartamentos "ilegales" veo alojarse a la familia de directores y hoteleros de pro en sus periodos vacacionales , ¿porque sera?
Creo que lo procedente es confiar en profesionales y alojarse en establecimientos hoteleros legalizados. Mis experiencias con aficionados y particulares avalan lo que opino al respecto. El problema es que algunas centrales de reservas están vendiendo estancias en domicilios privados como si se tratara de apartamentos turísticos.
Y los miles de empleos que crea la industria de internet? (en el sector turístico)
Crea mil teleoperadores y destruye 2000 profesionales. Realmente, ¿esa es la calidad que queremos?