Springwater ha puesto la mira ahora sobre Politours con la que ha firmado un documento para asegurarse la exclusiva en una hipotética venta del touroperador de los hermanos Buitrón, según ha podido contrastar preferente.com de diversas fuentes cercanas a ambas casas.
Politours lleva tres años encadenando pérdidas, que desde 2011 suman un resultado negativo antes de impuestos de unos 2 millones de euros, sobre una facturación anual que estos últimos tres ejercicios se ha estancado en torno a los 68 millones de euros, de acuerdo a la información a la que tuvo acceso este digital.
En los últimos tiempos, el fundador de la mayorista con sede en Zaragoza, y con oficinas en Madrid en la calle San Bernardo, Manuel Buitrón, ha tenido que poner dinero para suscribir ampliaciones de capital, además de haber ofrecido entrar en la empresa a profesionales como Eduardo Millán o Luis Mata.
Precisamente, el exdirector general de Travelplan, con el que Buitrón guarda una gran relación personal, se encuentra ahora a las órdenes de Springwater en su mayorista Pullmantur, en el marco de una división de viajes del grupo de Martin Gruschka que acaba de nombrar director general a Rafael Montoro, como adelantó en exclusiva preferente.com.
Los resultados de explotación negativos que Politours viene encadenando en los últimos ejercicios le han impedido impulsar el desarrollo tecnológico que sí han acometido la mayoría de sus actuales competidores en el mercado de la touroperación mediana.
Springwater sigue mostrándose muy activa en los últimos tiempos a la hora de interesarse por empresas turísticas españolas, aunque respecto a la supuesta compra de Transhotel no se haya producido apenas avance alguno desde hace meses.
Fuentes próximas al grupo suizo y a las negociaciones no descartan al cien por cien que la operación pueda acabar materializándose, pero hay coincidencia en cifrar en muy bajo el porcentaje de posibilidades de que la compra acabe llegando a buen puerto.
Desde Springwater no hay intención de hacer pronunciamientos hasta que termine el verano y la temporada alta de ventas, para permitir que las empresas turísticas puedan seguir operando en la época de más ingresos con apariencia de normalidad, aunque ya se centren en pagar a sus cuentas más grandes.
UHHHHHHH que viene el lobo..