Las ‘versiones’ ciudadanas del accidente de Mali

No seré yo quien defienda el rigor de los periodistas. Sin embargo, dicen los que entienden que, tras la época en la que nos informábamos a través de ellos, ahora ha llegado el momento de hacerlo mediante nuestros conciudadanos, mediante la colaboración de todos, mediante las audiencias convertidas en productoras de noticias. Yo, la verdad, era un poco escéptico. Pero hay acontecimientos, hechos, noticias, en las que este escepticismo se torna en enfado y desencanto.

Concretamente me voy a referir al desgraciado accidente del avión de Swiftair en un lugar de Mali. En el momento en que escribo este artículo sólo se sabe que se han localizado las dos cajas negras y la especulación más sólida apunta a que una tormenta, de las que son frecuentes en la zona, pudo haber causado la tragedia.

Sin embargo, si ustedes leen los comentarios del público, se van a quedar de una pieza con las afirmaciones irresponsables que se hacen.

En primer lugar, la compañía y las autoridades reciben críticas totalmente infundadas. Yo no seré quien diga que todo estaba normal en ese avión, pero sique es lógico esperar a que se demuestre algo, antes de hacer afirmaciones gratuitas. Los datos que se han conocido indican que el avión había pasado todas las revisiones y la edad del aparato, que entró en servicio en 1996, es totalmente habitual en el mundo aeronáutico. Nuestros conciudadanos, esos que iban a reemplazar a los periodistas, nos cuentan que los pilotos no cobraban más que 800euros mensuales, aunque un colega los pilotos afirma que los salarios dela compañía son normales en el sector; otros afirman que conocen aprendices de pilotos que pagan por volar... ¿Cayó el avión porque el salario era bajo? ¿Se hubiera podido evitar la tormenta con un salario de 3000 euros, pongamos por caso? ¿Son aviones viejos? ¿Debemos dejar que en un asunto así cualquiera, a veces escandalosamente desinformado, deba lanzar acusaciones infundadas?

En fin, no se trata de taparse los ojos, ni de no querer ver la realidad; se trata de que algo de lo que se dice debe tener los pies en el suelo, debe ser sustentado con evidencias. Lo demás es añadir drama a la ya de por sí triste tragedia que estamos viviendo. Un poco de contención no nos vendría mal, sobre todo cuando hay vidas en medio.