Aeropuertos Nacionales, la empresa semipública y semiprivada que opera los aeropuertos españoles, es de las más caras de nuestro entorno. Tanto que logró que alguna compañía que se había instalado en Madrid terminara por cerrar su delegación y se marchara.
Lo menos que se le podría exigir a quien cobra tasas desorbitadas es que ofrezca un buen servicio a los ciudadanos. Esto, dado su historia, es muy complicado porque internamente la gestión es como mínimo laxa. No obstante, la compañía sigue exprimiendo todas las posibilidades de extraer dinero de los aeropuertos, a cualquier precio.
El último invento es que ahora habrá un pasillo rápido en las zonas de seguridad de muchas terminales, para quienes paguen adicionalmente por ello. O sea, ahora también en la seguridad tendremos viajeros de primera y viajeros de segunda: aquellos que paguen podrán pasar más de prisa, mientras que los demás habrán de estar en la cola.
Resulta totalmente repugnante que incluso en los controles de seguridad se llegue al nivel bochornoso de que quien paga, disponga de más celeridad para pasar. Este tipo de servicios, absolutamente básico, debería ser eficaz. Iba a añadir 'gratuito', pero no, Aena ya nos carga en el precio del billete una tasa de seguridad que es lo que la compañía paga al ejército de vigilantes jurados que hacen como que vigilan, porque en realidad aquello, como todos hemos visto, es una tómbola que hoy tiene normas que mañana se olvidan.
En realidad, Aena, más que aportar un servicio adicional, nos vuelve a demostrar la vergüenza de un país en el que definitivamente los servicios públicos son fatales y, encima, caros. Ahora con el agravante de que el 49 por ciento de lo que paguemos para pasar los controles más velozmente se los llevarán empresarios privados.
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La mayoría de los que se encargan de ´´ladrarnos´´cuando pasamos por esos controles, son unos analfabetos crónicos que no tienen ni formación ni modales para ejercer esa función.
Bravo por el articulo por ayudar a abrirnos los ojos. ¿Porque, si alguien se cuela en una cola sobornando al guarda nos quejamos, pero cuando se realiza exactamente lo mismo, pero institucionalizado (mediante una cola VIP) a todo el mundo le parece normal? Pagar por colarse esta mal. Punto. Y en todo caso, si a alguien hay que pagar, es a los que ceden su turno. No?
Para mi es un pasito mas de la transición silenciosa desde una economía de mercado a una sociedad de mercado en la que todo se compra y se vende, como dice Michael Sandel. Bien por Jaime Amador por su articulo.