Todas las Comunidades Turísticas de España y en especial las del litoral costero de la Península, desde la Costa Brava a la onubense, han sido calificadas por Moody’s como bono basura. La Andalucía de los EREs y el PER lidera este sonrojante ranking pero seguida muy de cerca por las otrora pujantes Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia, todas ellas con una deuda y un déficit galopante. Tampoco puede sacar pecho la comunidad canaria que también presenta un déficit igualmente elevado, compartiendo posiciones con Extremadura. Curiosamente las Islas Baleares no han sido evaluadas por Moody’s pero es sabido que la deuda no ha decrecido con el Gobierno de Bauzá en estos cuatro años de mandato, aunque en honor a la verdad la herencia de su predecesor Francesc Antich fue tremenda, viéndose obligado a tomar medidas drásticas en todas las áreas. La conclusión que se saca de la calificación a la baja de las regiones eminentemente turísticas por parte de esta agencia es que sus autoridades siguen malgastando el dinero público, unas más que otras, pero de forma manirrota, en expresión acertada de un editorial de El Mundo. Ya es paradójico que en años de bonanza turística, con bajadas sensibles de desempleo, las comunidades sigan sin dar ejemplo de austeridad cuando es precisamente lo que con perseverancia piden a sus conciudadanos. El turismo ha crecido pero se ve que ha sido a pesar de los gobiernos autonómicos. En Baleares, con presupuesto cero en promoción, crece el turismo más que en Andalucía, con presupuesto desorbitante. Los políticos con mando en plaza autonómica viven de espaldas a la realidad. Y así van. Y, lo que es peor, así vamos.
Las comunidades autonomas siguen el ejemplo de despilfarro del gobierno central con el AVE y la deuda publica rozando el 100% del PIB.