El fiscal Anticorrupción pide siete años de cárcel contra José María Ruiz-Mateos y cada uno de sus seis hijos varones por el caso de los hoteles Beverly Park y Beverly Playa, que fue iniciado por los antiguos propietarios de los establecimientos, la familia Radó, informa la edición balear de El Mundo.
La familia Ruiz-Mateos compró en 2008 los dos hoteles a través de Nueva Rumasa en una operación calificada de ficticia por la fiscalía, que considera que los acusados incurrieron en delitos como estafa agravada, falsedad en documento mercantil e insolvencia punible, ya que “nunca tuvo la intención de pagar los hoteles” sino de hacer caja con ellos mediante la constitución de hipotecas, por las que obtuvieron 47 millones de euros cuyo paradero se desconoce actualmente.
Tal como recuerda el rotativo, la familia Ruiz-Mateos desembarcó en Baleares con aparente solvencia que logró, según la Fiscalía Anticorrupción, falseando la realidad de su posición, camuflando sus operaciones con avales y estructuras societarias. Consiguió hacerse con 7 establecimientos en Mallorca y Menorca, que pasaron a constituir la cadena Hotasa, sobre los que suscribió hasta 20 operaciones hipotecarias.
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