A pesar de las manifestaciones que han hecho los empresarios Germán Efromovich, de Avianca, y David Neeleman, de Azul Brasil, contando que ambos tenían los aviones parados y preparados para la compra y dotación de flota de Tap, no creo yo que el problema radique ahí precisamente a corto plazo, sino en tapar un agujero tan grande como la Vía Láctea de más de 350 millones de euros, si no son más.
Ha ganado la puja David Neeleman, de nacionalidad estadounidense- brasileña, fundador en 1999 de Newair, que luego se llamó o todos la conocemos como JetBlue. David fue despedido en 2007 y, posteriormente, constituyó Azul Brasil.
Ambos empresarios tienen un currículo impresionante y no me extraña su éxito en sus actuales proyectos. Cabe destacar que Germán Efromovich viene de familia judía que padeció el exterminio nazi. Nacido en Bolivia, es un ejemplo en la gestión del transporte aéreo en el continente Iberoamericano.
Ambos son dos grandes que merecen el mayor respeto. En el caso de Neeleman, le deseo éxito en su aventura portuguesa. Todos estamos motivados por un deseo hacia la alabanza y el hombre, mejor que ninguno, más se inspira hacia la gloria. La gloria se alcanza a veces, pero estos dos grandes hombres merecen la alabanza. Si alcanzan o no la gloria, espero podamos verlo todos.
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