El Gobierno balear empieza a dar bandazos con la ecotasa

Volver a instaurar la ecotasa en Baleares es la principal propuesta económica del nuevo gobierno autónomo sustentado sobre el acuerdo entre el PSOE balear, los nacionalistas de Més per Mallorca y Podemos.

Ya en su discurso de investidura, la nueva presidenta de Baleares, la socialista Francina Armengol, advertía que la ecotasa “no es una reivindicación, sino una obligación” mientras que, anteriormente, la socialista aseguraba que solo aprobaría el gravamen turístico en caso de no lograr una mejora de la financiación autonómica.

El PSOE balear hacía suya la exigencia de sus socios nacionalistas cuyo principal exponente es Biel Barceló, actual vicepresidente del gobierno, y responsable del área de Innovación, Investigación y Turismo, materia esta última que ha perdido su calidad de cartera exclusiva en el nuevo organigrama balear.

Barceló prometía en campaña una ecotasa a base de “dos euros de media por turista y día” que “se cobrará en puertos y aeropuertos con la previsión de recaudar 108 millones de euros anuales”.

Una vez en el gobierno, ahora ya reconoce que para cumplir con lo prometido tendría que llegar a un acuerdo con Aena y la Autoridad Portuaria de Baleares (APB), entidades ambas que no dependen de él.

Los bandazos del nuevo gobierno balear pueden afectar también a los residentes de Baleares, ya que en el caso de efectuar el cobro en las infraestructuras del Estado no quedaría clarificada la manera de evitar que acaben pagándola también los residentes de Baleares en sus desplazamientos, algo totalmente descartado en sus compromisos preelecciones.

Por eso, el nacionalista ha vuelto a poner el foco en cobrar el nuevo tributo en el lugar de alojamiento de los turistas, resucitando el sistema que llevó al fracaso al gobierno de pacto de izquierdas en 2003.

Barceló sabe que no puede permitirse entrar en una guerra con los hoteleros y para calzar su última propuesta –y para maximizar los ingresos- quiere incluir en el cobro a los alojamientos turísticos y residenciales extrahoteleros, un segmento que está creciendo impulsado por las ofertas colaborativas vía web.

El caso es que hasta Barceló reconoce que será difícil regularizar esta oferta extrahotelera y, mientras no se consiga, una ecotasa cobrada solo en los hoteles podría costarle el puesto.