Podemos destapa a los hoteleros

Lo de Podemos no es normal. No ya porque incomode a quienes no piensan como ellos, sino porque en su caos interno, se incomodan a sí mismos. Es que no saben a qué juegan, no saben de qué van. Basta hablar con sus socios de gobierno para ver que tienen mucho que aprender de lo más elemental de la convivencia. Lo último de su prodigiosa cosecha es la acusación de Alberto Ruiz Jarabo, el cámara de televisión metido a político que lidera el partido en Baleares, contra los hoteleros de las islas: los acusa de ser un 'lobby'.

Jarabo merece unas vacaciones después de este descubrimiento. Pero se hubiera ahorrado energía si hubiera mirado los estatutos de la patronal de hoteleros, que dice que su función es la de ejercer de 'lobby'. Y, más, dice que como 'lobby', defienden los intereses de sus asociados. O sea, la acusación de Jarabo.

Como indica el líder regional de Podemos, los hoteleros no trabajan para Podemos, ni para el Gobierno, ni para sus clientes, sino para sí mismos, para sus intereses. Pero en esto no se diferencian de los demás: cada organización lucha por sus afiliados, por sus simpatizantes. Salvo una, que debería ser la preocupación de Jarabo: Podemos. Podemos no parece estar luchando por hacerse un hueco en el espectro político, sino por enterrarse. Los primeros que dudan de ellos mismos son ellos mismos. Una alto cargo suya en el ayuntamiento de Palma lo dice cuando afirma que el ambiente interno es de desbandada, que los círculos están muertos, que todo es un ordeno y mando. En el País Vasco, por cierto, concluyeron que lo mejor que pueden hacer es irse a casa. Y en cuanto a Jarabo, su función hasta ahora ha sido descubrir que los hoteleros defienden a los hoteleros, con lo que francamente sus esfuerzos no se pueden calificar como enriquecedores para la sociedad.