Hotelbeds y la cúpula: nervios fuera

Que no cunda el pánico en la planta noble de las torres de cristal. Tranquilidad, Juan Francisco, tranquilidad, ese revólver que tú tiene no tira na, no tira na (canción cubana). No escribiré al estilo del maestro Escarpit. (¡¡Gloria a don Roberto!!). Ni imitaré a Secondat, que así firmaba  sus breves José Luis Gutiérrez (¡¡Gloria "aussi" al Guti!!). Intentaré ser más explícito para que no sólo lo capten los más -pocos- desencriptadores (loas al comentario de Albert Ciudadano: acertaste con lo de el Guti).

Para que llegue a la mayoría, pues. Todo sea por los miles de usuarios, benditos. Al grano y claro, o sea. La cúpula directiva de Hotelbeds está inquieta con el proceso de venta, como es normally. Ellos han parido este grupo, con JV al mando. Y ellos quieren seguir teniendo el control, una vez vendida. Pero ellos se han involucrado mucho en la operación, demasiado. Y ellos no dejan de ser ejecutivos de una multinacional, estupendos. Pero ejecutivos al fin. Y al cabo. Y patrón y marinero...

Ya tú sabes: el patrón manda siempre. Ellos ansiaban otro banco de inversiones. Un puente a su medida de nombre anglosajón e histórico en el mundo de los negocios. Un apellido ilustre en la banca que se ha perpetuado en el tiempo, generación tras generación. Sin embargo, la casa madre ha elegido a otros dos competidores de R. (Lo de R me imagino que será fácil de deducir, ¿no?). Ellos, la cúpula, no han ido, pues, de la mano de la casa madre en el primer paso de la venta: el mandato.

Y lo que nos han querido vender -verbo muy apropiado- es que la Tui está negociando este proceso conjuntamente con su equipo de Palma. No ha sido así al menos en este inicio del proceso. ¿Dónde radica el interés -¿ otro vocablo certero?- de JV y staff en elegir a un determinado broker financiero? Ah, ya quisiéramos saberlo usted y yo, my friend. Un deseo - obviemos interés- que se presta a las elucubraciones más variadas. O las especulaciones más diversas. ¿O no?

En este tipo de operaciones, el comprador suele mantener a los equipos. Y sobre todo a los equipos que han situado al grupo en lo más alto. No se entiende, ¿verdad? el nerviosísimo de unos directivos que se van a forrar con todas las de la ley y que tienen muchas posibilidades de seguir gestionando el grupo. O al menos durante un buen tiempo. A no ser que les hayan chafado alguna estrategia. Si no es así, fuera neuras y menos dictado. El estrés siempre es dañino. Igual que los compañeros de ruta.