Tan solo diez segundos en dos horas de debate. Ese es el tiempo dedicado al turismo en el Cara a Cara de los dos principales aspirantes a la Moncloa. Ni un segundo más ni un segundo menos en el debate más crispado de los llevados a cabo hasta ahora por los candidatos a presidir el Gobierno de España.
De pasada, sin entrar en detalle alguno, Mariano Rajoy, a quien Pedro Sánchez llamó “indecente”, habló en dos ocasiones del Sector. Pero tan solo para decir que funcionaba muy bien, que iba como una moto. Simplemente. Ni habló de cifras ni profundizó en lo que aporta para el PIB y la economía española.
Pero si el candidato del PP al menos le dedicó 10 segundos a la industria turística, el del PSOE, al que Mariano Rajoy tildó de “ruin” y “miserable”, ni siquiera llegó a nombrar absolutamente para nada la palabra turismo en el cuerpo a cuerpo mantenido ante el atónito y nada carismático moderador Campo Vidal.
Enzarzados en un rifirrafe al que no estábamos acostumbrados -para regocijo de los jóvenes aspirantes de los partidos emergentes- el turismo pasó sin pena ni gloria en el Cara a Cara del fango, de la verdulería y de la bajeza. La primera industria del país fue ninguneada por los dos líderes de los partidos más representativos.
Un sector turístico que funciona muy bien gracias a la iniciativa privada, artífice de las inversiones que se están llevando a cabo en casi todas las zonas, así como de las reformas de la planta hotelera y de las campañas promocionales. Un gran esfuerzo que los empresarios han realizado al margen de las autoridades.
Porque tanto la Secretaría de Estado de la inefable Borrego (PP) como algunos gobiernos regionales y municipales -Baleares, Barcelona, etc (PSOE y Podemos)- se han cruzado de brazos en unos casos, y están poniendo la mar de trabas, en otros. Dirigentes que están a la altura de los candidatos que debatieron este lunes.
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