La actividad en el aeropuerto de Palma es frenética con centenares de vuelos aterrizando y despegando en las pistas de Son Sant Joan, lo que le convierte en uno de los más saturados y el que más demoras acumula de toda Europa. La web flightstats.com le otorga una puntuación de 4,7 en una escala de 0 (puntualidad máxima) a 5 (retraso excesivo).
El domingo el 80 por ciento de los vuelos sufrieron algún retraso, según recoge Diario de Mallorca. La jornada comenzó bien, pero a eso de la una comenzó a torcerse. El atasco fue mayúsculo hasta las cinco de la tarde cuando ocho de cada diez conexiones registraban demoras. La mayoría rondaba los 40 minutos aunque algún vuelo acumuló cinco horas.
En la torre de control de Son Sant Joan estos días se ven obligados a poner aviones en cola o incluso tenerlos rodando por el aeropuerto para liberar espacios de parking y hacer hueco en los fingers, para desembarcar a los pasajeros que acaban de aterrizar.
Una vergüenza lo de ayer en Palma, nadie informa, nadie está preparado para este tipo de "eventualidades" y si las empresas gestoras de los aeropuertos invirtieran en reformar los mismos, acondicionarlos para afrontar este volumen otro gallo nos cantaría. Vergüenza en cómo se permite administrar instalaciones públicas por parte de empresas privadas, y vergüenza en cómo las empresas de transporte gestionan estas incidencias.