KLM ha querido dejar claro al público estadounidense que su nombre no corresponde a una emisora de radio, ni a una marca de leche, con las que a veces se la ha confundido. “Es una aerolínea” es el título de la última campaña de la compañía holandesa que, de nuevo, usa el humor para llegar a su público objetivo. Esta vez, con un mensaje reduccionista explicado por el actor Ken Marino, que le pone un toque de humor irónico y cumple con el papel de “tonto pero de una manera inteligente” que buscaba la aerolínea.
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