Tres ministros del Gobierno se reúnen con la cúpula total de Alitalia para tratar su plan industrial de futuro y al salir, preguntados por el plan industrial de futuro de Alitalia contestan “¿Plan? ¿Qué plan?” Sólo podía pasar en un país en el que la realidad supera a la ficción. Según los asistentes, se habló de todo menos del futuro de Alitalia, lo cual por supuesto no nos lo hemos de creer. Máxime cuando la compañía se quedará definitivamente sin dinero a mediados de marzo de este año.
Sin embargo, Il Sole 24 hore, un periódico económico habitualmente bien informado, nos dio ayer mismo claves de lo que seguramente discutieron ayer los ministros y que no nos quisieron contar: se estaría trabajando en la división de Alitalia en dos compañías diferentes. Una de las dos Alitalia se dedicará a los vuelos europeos y nacionales, intentando competir con las low cost, exigiendo el pago de las bebidas a bordo, y con todo lo que es habitual en una Easyjet, Vueling o Ryanair; la otra Alitalia se dedicará a los vuelos internacionales, con el servicio completo (justamente cuando se está preparando también una batalla en este segmento de mercado).
Con pérdidas anuales de 450 millones de euros (estimación de 2016), en el mejor año de la historia de la economía de las aerolíneas, Alitalia necesita urgentemente de un plan para remontar el vuelo, si es que eso es posible.
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