Una red social llamada asociacionismo

Es evidente que en cualquier negocio, sector, empresa, colectivo, grupo… el trabajo en equipo es mucho más productivo que el trabajo individualista. Podemos pensar cada uno en nuestro día a día como hecho demostrable. Si en un grupo de muchas personas cada una tira por su cuenta, aunque con  mucho ahínco y esfuerzo para llegar a un objetivo, pero sin coordinación y equilibrando fuerzas, está claro que se desperdicia mucha energía en el intento y, sobretodo, posibilidades de éxito. Y mucho peor es el resultado cuanto menor es el grupo….

Es por ello que el asociacionismo tiene una importantísima relevancia que muchas veces no sabemos o no somos capaces de valorar. Cualquier profesional, empresario o empleado necesita un socio el cual represente sus valores y defienda los intereses comunes del mismo sector. La lucha entre cada uno de ellos por la captación de negocio en el día a día es feroz pero alguien tiene que defender ese negocio para que siga la lucha... Y para defender ese negocio tiene que existir una figura que represente a los actores de éste.

Esa figura representa los intereses del negocio y éstos tienen que ser expuestos y consensuados por sus actores que, para ello, deben considerarse socios en el mismo proyecto. Un proyecto de asociación que debe basarse en defender los intereses a corto, medio y largo plazo. Una asociación que tiene una labor de representar el sector ante instituciones públicas que un socio individual no tendría posibilidad, una labor de defender los intereses de cada uno de sus socios ante organismos que, de no hacerlo como asociación, por sí solos sería imposible.

En Baleares, en estos últimos meses hemos experimentado un claro ejemplo de la necesidad del asociacionismo en nuestro sector. Aviba ha logrado, por el momento, que no se aplique una resolución gravemente perjudicial para el ciudadano balear y colateralmente para el sector emisor. ¿Qué será del derecho del ciudadano balear de obtener una subvención de residente y del decremento de negocio que puede afectar  a las agencias de viajes al incrementarse los precios de transporte de forma tan significante si dicha asociación no hubiera levantado la mano y sido el motor de combustión para que poderes políticos y públicos se revelasen contra dicha medida? No es una guerra ganada todavía, sólo una batalla pero se sigue luchando batalla tras batalla.

¿Cómo pueden plantearse proyectos institucionales en beneficio mutuo del sector y la sociedad como un Imserso interinsular? ¿Cómo plantearíamos a un Govern que nuestro escenario es diferente del resto del estado español para que no nos incrementen los avales en viajes combinados? ¿Quién reclamaría la falta de conectividad que pueden tener las islas menores por un retraso administrativo? ¿O un ingreso de una compañía aérea a las agencias de viaje por billete emitido por un error burocrático? ¿Quién puede denunciar problemas de cancelaciones y retrasos de vuelos perjudicando los intereses de cada agencia de viajes? ¿No necesitamos apoyarnos con otras asociaciones que defienden no incrementar impuestos locales que afectan directamente a nuestro portal?

Para el empresario consciente, el asociacionismo es un hecho en el que debería reflexionar. Son muchos los motivos por los que se deben apoyar las asociaciones, especialmente en nuestro sector, y ser parte activa de ellas. Hace falta involucración, participar y apoyar planteamientos de bien común. El empresario de futuro, el emprendedor, el innovador, el buen agente de viajes que apuesta por la continuidad del negocio, no es aquel que adopta la actitud del avestruz sin ni siquiera colaborar como asociado, ni el que critica negativamente cualquier iniciativa, ni el que destruye pero no construye.

Y es cierto que en una asociación pueden hacerse cosas mal, mejorables o incluso algunas de buenas, pero el que pesa, el que lastra, el que impide que sectorialmente vayamos creciendo y siendo fuertes es el que no forma parte ni pone parte. No podemos evadirnos de la responsabilidad que conlleva el formar parte de un sector si realmente queremos tener un sector representado, sólido y fuerte en defensa del todos los intereses comunes. No podemos basar nuestra estrategia llorando en las esquinas de cada calle sollozando que nuestro sector no vale la pena: qué si las nuevas tecnologías, qué si las contrataciones directas, qué si la crisis, qué si las grandes, qué si las pequeñas,…..

Recurramos al tópico de LA UNIÓN HACE LA FUERZA y sigamos luchando uniendo esfuerzos, ilusión, proyectos comunes y, además, defendiendo nuestros intereses ante efectos externos.

Si las Asociaciones no existieran, qué duda cabe que hoy en día se inventarían como una nueva “red social”.