Cancún juega con fuego

Estos días hemos visto en preferente.com cómo el turismo en Turquía ha sufrido una caída sin precedentes, dejando al país en situación muy delicada; ahora mismo hay una salida precipitada de los turistas que se encontraban en Ghana, debido al riesgo de una guerra civil inmediata; el norte del Africa ha vivido episodios de este tipo que han arruinado su principal actividad económica. El motivo de estos desastres es la violencia repetida e insistente que ha terminado por espantar al viajero internacional.

Nada de esto ocurre en México, pero hay que tener cuidado. En los últimos días, dos tiroteos, con nueve muertos, han provocado que el gobierno de Estados Unidos alerte a sus nacionales de los riesgos de viajar a Cancún, sentando un precedente indeseable.

Las autoridades mexicanas y de Quintana Roo deben esforzarse en preservar la península como territorio ajeno a la dura realidad interna del país, como había venido sucediendo hasta ahora. Como se ha visto en otros países, un incidente, dos, diez, no bastan para alterar las dinámicas del turismo. Pero en un punto que no es fácilmente determinable se rompe la confianza y el edificio se desmorona en horas.

Nada de esto debería ocurrir. Las autoridades, nos consta, son suficientemente maduras como para prevenir fenómenos de esta naturaleza.