La situación del Banco Popular hace que lo más probable es que use a sus participadas para hacer caja, entre ellas a Globalia. En los entornos financieros consultados por preferente.com se da por hecho que tendrán que dar el paso. No obstante, creen que existe un problema para acometer esa operación, y es el de valorar el paquete, del 9,9 por ciento, y otra dificultad, que es la de encontrar un comprador.
El último cambio accionarial en Globalia, la compra de los Matutes en 2013 de un 5 por ciento del grupo a Javier Hidalgo, tasaba a la corporación en unos 300 millones. Esta es la variable que suele usarse como referencia siempre en las transacciones, pero en Globalia su presidente es bastante particular con las tasaciones de sus empresas, sin complejos en pedir cinco o seis veces más de lo razonable.
“Pepe siempre fue un gran comprador pero un mal vendedor”, suelen decir sus cercanos. En el Popular se ha venido contemplando periódicamente la forma para dar salida a su paquete en Globalia, aunque siempre se acababa dando marcha atrás. “Venga, con lo simpático que es Pepe”, y se pasaba página.
El Popular no solo es accionista de Globalia, sino que tiene también activos que explota el grupo, siendo el más destacado y valorado el complejo hotelero insignia del conglomerado en Punta Cana. En un horizonte que hoy día parece el más probable como es el de la fusión con Santander o BBVA, ir limpio de activos de este tiempo siempre es una ayuda, además de que más caja será más beneficioso para la entidad de Emilio Saracho, lo que a su vez ayudarla a evitar otra ampliación de capital con la que castigar aún más a sus accionistas.
Pero otro problema es quién compraría el paquete. El mejor candidato sería la propia Globalia, pero, ¿con qué dinero?. “Es verdad que hasta ahora siempre han acabado aguantando con la participación, pero también es cierto que el Popular nunca ha estado como hasta ahora”, explican desde el mundo financiero. Una situación que no solo sería válida para el Popular, sino que también sería aplicable para Unicaja, con el 7 por ciento del capital del grupo de los Hidalgo.
Uno que no puede cobrar un décimo premiado y lo vende a valor interior, un gancho que da fé del premio y un pardillo que pica el anzuelo y compra algo sin valor alguno. Un Hidalgo, un PWC que lo audita y un Popular que lo compra. ¿Y ahora?¿Quién vende la papeleta?¿Alquien se cree alguna auditoría de PWC sobre Globalia? Los chinos quisieron ver papeles e Hidalgo les dijo que para ver, antes pagar. Vamos, como para echarse a temblar.