Un vuelo de Delta Airlines que iba desde Nueva York a San Juan de Puerto Rico logró aterrizar en la isla, en medio de las tormentas generadas por Irma, desembarcar, abordar a nuevos pasajeros y despegar otra vez hacia su destino justo antes de la llegada del huracán.
Conseguir esta proeza y desafiar la naturaleza de esta manera podría considerarse un acto de eficacia o locura. Lo cierto es que se consiguió debido a la coordinación del centro de mando de la aerolínea y al personal a bordo del avión.
"Echamos un vistazo a los datos meteorológicos y a los registros de la tormenta y trabajamos con la tripulación de vuelo y los controladores para asegurarnos de que era seguro volar", aseguró uno de los mandos de Delta, Erik Snell, en un comunicado.
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