Definitivamente, Thomas Cook, el tour operador eternamente segundo, el que lleva más años sin levantar cabeza, empieza a resurgir. Las medidas adoptadas por su director general, Peter Fankhauser, empiezan a dar resultados, ayudadas, cómo no, por un excelente año 2017, en el que todo el turismo ha mejorado.
Este martes se supo que las ventas para este verano que se aproxima a su fin se elevaron un 11 por ciento sobre el año que viene, lo que augura resultados económicos positivos. Pero el director general ha ido más lejos al señalar que el acuerdo con Expedia para la venta de viajes de fin de semana y de sólo hotel simplificarían significativamente la operativa interna de la compañía y que la compra, conocida este mismo martes, de la cadena hotelera alemana LMEY, que trabaja sobre todo con la marca Aldiana, supondría que también se posiciona en la propiedad hotelera, que nunca fue su fuerte.
Así, pues, Thomas Cook parece estar reconstruyendo su camino, tras años de declive.
El mayorista dijo que las ventas para Grecia, Bulgaria y Chipre en el corto radio, y de Estados Unidos en el largo recorrido, habían ido muy bien y que las ventas para este invierno están hoy como estaban en años anteriores, en un 37 por ciento de lo ofertado. El mayorista, que dice haber subido sus precios sólo un 1 por ciento, señaló que la demanda para Turquía y Egipto también va bien y que España, el destino líder, está igual que en 2016.
Fankhauser destacó en primer lugar que la alianza con Expedia es un gran “progreso estratégico. Nos permitirá reducir la complejidad de nuestro negocio y centrarnos en el negocio vacacional, que es nuestro eje central. Además, la relación con LMEY acelerará nuestra propiedad en hoteles”, terreno en el que su rival, TUI, va ligeramente por delante.
El director general de TC también destacó que la actuación de su compañía en relación con el huracán Irma, aunque compleja, fue eficaz y se ha saldado de forma correcta.
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