Los partidos políticos independentistas catalanes han asestado en la tarde de este viernes 27 de octubre un golpe histórico a la estabilidad al proclamar el Parlament la independencia unilateral de España, pese a saber que esa decisión abocaría a la sociedad a un escenario desconocido, con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, usando un lenguaje bélico al instar a “mantener el pulso”.
La aprobación de la declaración de independencia ha sido declarada pese a que el Estado ha activado la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española por la cual se procede a tomar el control de las instituciones catalanas que han vulnerado el interés general, en una medida apoyada por las principales potencias mundiales.
La incertidumbre jurídica y la sensación de inestabilidad política y callejera lleva un mes teniendo un elevado impacto en la economía catalana y por supuesto también en la actividad turística, con desplomes en la ocupación hotelera y en las ventas de viajes, en medio de una fuga de alrededor de la mitad de las empresas de la región en tan solo unas semanas (El bajón turístico catalán se extiende a toda España).
La votación para la declaración de independencia se ha efectuado con alrededor de la mitad de escaños vacíos del Parlament, y después de un referéndum en el que hubo constancia de que electores votaron más de una vez y cuyo resultado total de sufragios superó el 100%.
Los principales representantes de la sociedad civil, tanto organizaciones como medios de comunicación, se habían mostrado contrarios a llevar posiciones al extremo y a declarar la independencia de forma unilateral como finalmente han promovido los partidos políticos que han impulsado la ruptura con el resto de España.
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